Vivir el ambiente de Vistalegre durante la final de la ACB entre el Estudiantes de Pepu y el Barça del 2004. Ver para creer a Rudy Fernández encestar ese alley-oop con una décima de segundo del reloj en aquel Unicaja-Joventut de la Euroliga del curso 2006-2007. Esa remontada imposible del Real Madrid ante el Tau en el 2005 con el triple de Herreros. Asistir al quinto partido de la final del 2000 en el Palau entre Barça y Madrid con Alberto Angulo demostrando su clase o ser testigo de la explosión de Pau en la Copa de Málaga. Confirmar la estrella que se venía con Doncic en la final four del 2018. Quién se atreve a despreciar la semifinal de los Juegos del 84 ante Yugoslavia, la final del Mundial de Japón y todas las que vinieron después. Disfrutar del magisterio de Laia Palau en la final del Mundial de Turquía del 2014, aunque sea para perder con las americanas.
Si tenemos que hablar de la NBA, cualquier partido de la final de los Lakers de Pau contra Boston vale. O ver en primera fila el mate en la cara a Garnett. Escuchar cómo Salt Lake City coreaba a Ricky Rubio por ridiculizar a Rusell Westbrook en el play-off del 2018, el debut de Fernando Martín o poder volver atrás para ver debutar en América a un Raúl López sin lesiones.
Son un puñado de momentos del baloncesto español. No hay demasiado debate sobre que la NBA es la mejor Liga. Tampoco es que le haga falta la promoción de la federación española a través de su canal en YouTube para mantener su posición. En uno de sus programas, los dos jóvenes presentadores apuntaban a un triple de Kawhi Leonard en la final de la Conferencia Este del 2019 y la retirada de Kobe Bryant como los «partidos que vería a pie de pista si pudiera». No es cuestión de juzgar, que cada uno tiene sus gustos. Pero tuitearlo desde la cuenta de «Baloncesto España» y preguntarse por qué pierde audiencia la ACB hace hasta gracia.