Hay Gobierno, vuelve el problema

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTEÉ

OPINIÓN

DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS

18 may 2021 . Actualizado a las 09:18 h.

Nunca he escrito sobre el «imposible» Gobierno catalán porque intuía que se terminarían arreglando. Por parte de Esquerra Republicana, porque a ver cómo Pere Aragonés podría alcanzar el sueño de consolidarse como presidente después de estar tanto tiempo en funciones y haber probado las mieles del poder. Por parte de Junts per Catalunya, porque a ver qué hace con la cantidad de afiliados que ocupan puestos en la administración regional y a ver cómo tira por tierra la influencia que esos cargos le proporcionan. Se trata, por tanto, de una pareja mal avenida, pero que tiene que casarse por interés económico y presión familiar. Esas dos circunstancias pueden más que las ambiciones de Puigdemont, que pueden esperar. Quizá habría que añadir la última encuesta, de este mismo domingo en La Vanguardia, que vaticina un resultado muy parecido al del 14 de febrero, con lo cual no tendría ningún sentido repetir las elecciones.

Lo malo es lo que esa noticia supone para España. Los dos firmantes del acuerdo se apresuraron a decir que van a gobernar, recurso tópico y fácil de todos los gobernantes que empiezan, pero, al mismo tiempo, se contradicen y aseguran que continuarán la lucha por la independencia. Esto último es lo más seguro. Lo que define a los dos partidos, ahora aliados con los radicales de la CUP, es la vocación independentista. Están en la política para que Cataluña sea un estado independiente y lo único que los diferencia es el método y la urgencia. Junts es partidario de una acción rápida y Esquerra, más realista, opta por disponer de una mayoría clara e indiscutible.

Mucha gente dirá: ahí tiene de nuevo Pedro Sánchez el problema, que parecía aparcado. Yo digo: es España, la nación española, la que se enfrenta otra vez al problema político más serio y de más difícil arreglo. Es cierto que la misma encuesta de La Vanguardia detecta un descenso del independentismo (un 42 %) y un ascenso de los unionistas (52 %), pero es igual: los secesionistas aceptan como verdades reveladas que el 80 % de los catalanes quieren un referendo de autodeterminación y que el Estado propio y soberano es su derecho, tan fundamental como respirar. El planteamiento del nuevo Gobierno ya veremos cómo se expresa, pero la calma terminó y el llamado «problema catalán» vuelve a estar entre nosotros. Y, como siempre, con dos discursos políticos: el partidario del diálogo y el que propugna la aplicación estricta de la Constitución.

Y un último apunte provisional: quiso el destino que esto se vuelva a empezar a plantear justo cuando Pedro Sánchez prepara la presentación estelar de su España 2050 y su spin doctor, Iván Redondo, anota la fragmentación territorial como uno de los retos para la sociedad. Lo mismo los cien sabios convocados para redactar ese documento de prospectiva ofrecen alguna solución original.