Salud, dinero y desmadre

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Marta Pérez | Efe

26 may 2021 . Actualizado a las 09:14 h.

Seremos capaces de acabar con la pandemia, con la crisis del agua y hasta con las ofensas del hermano marroquí, pero no con los desmadres semanales. Nuestros abuelos decían que las tres cosas más importantes de la vida eran salud, dinero y amor. Pero la lista de prioridades va cambiando y en estos tiempos tan digitalizados y tan atosigantes una parte de la población, especialmente joven, prescinde del amor y de los afectos y deja aquellos viejos anhelos en salud, dinero y parranda. Esa práctica que parece resultar tan imprescindible que no pueden sobrevivir sin ella. Botellón y fiestas privadas se instalaron en sus vidas y no saben avanzar sin apiñarse en calles, plazas o casas privadas para socializar unas litronas y unos tetra brick de alcoholes varios y purrela.

De Barcelona a Lugo y de Pontevedra a Valencia, pasando por A Coruña y Bilbao, cada fin de semana se repite la historia y la geografía hispana se inunda de botellones. Con un incremento notable de incidentes y enfrentamientos. Miles de españoles adoptaron la costumbre de tomar estos días las aceras para una práctica que, estando prohibida, no resulta baladí. Y además lo hacen como los audaces. Desafiando un riesgo de contagio que, por lo visto, nada tiene que ver con ellos.

Y ante esta reiterada situación, ni los responsables municipales, que son los encargados del buen orden en las vías públicas, ni los agentes de la autoridad parecen esforzarse en impedir tal demostración de alegría. Hubo una ciudad de aquí al lado, llamada Lugo, donde, y según se publicó, la policía local, tras reiteradas denuncias, aparcó en las inmediaciones del botellón, hizo luces como medida disuasoria (que ya se imaginan lo determinante que fue) y se fue por donde vino.

Para varias generaciones, el desmadre, la juerga y botellón es tan propio que lo incorporaron al ADN. No existe otra forma de entender la obsesión jaranera en los peores y más peligrosos tiempos de nuestras vidas. Y es que ya Séneca decía que el alcohol no crea vicios pero los pone en evidencia. Y las juergas, botellones y desmadres de estos tiempos de pandemia evidencian el grado de imbecilidad y estupidez que nos está aquejando.