El final de Kominsky

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

09 jun 2021 . Actualizado a las 08:45 h.

La tercera temporada de El método Kominsky arranca abordando directamente el mayor lastre con el que tiene que cargar en sus capítulos de despedida: de los dos personajes en los que se apoyaba esta comedia en torno a la vejez, uno ya no está. Alan Arkin, que encarnaba al descreído agente de actores Norman Newlander, ha preferido bajarse en marcha y dedicarse a escribir sus memorias espirituales antes que volver a actuar en esta serie con la que Chuck Lorre que ganó un Globo de Oro. El creador soluciona su ausencia de la forma más pragmática, matando al personaje, entrando directamente en su rocambolesco funeral y dejando al maestro de actores Sandy Kominsky cargar con todo el peso de su ausencia real y figurada.

A pesar de este escollo que supone dejar a la pareja protagonista reducida a la mitad, la sombra del finado sobrevuela y la acción consigue mantenerse a la altura. A falta de los chispeantes diálogos entre Sandy y Norman, la serie potencia el guiño para cinéfilos que supone reunir de nuevo a Michael Douglas y Kathleen Turner como expareja. Quienes se encogen al ver el paso del tiempo grabado en los rostros de los de Friends tienen otra buena lección de nostalgia en este dúo que marcó una época de la comedia con tensión sexual con Tras el corazón verde, La joya del Nilo y La guerra de los Rose.