Recursos humanos... No, no era eso

Joaquin Aracil Villar / Mª José Sanchez Trapiello / Alfonso Garcia-Viejo

OPINIÓN

El centro de salud de La Ería, en Oviedo
El centro de salud de La Ería, en Oviedo

Carta abierta de los médicos de familia Joaquin Aracil Villar, Mª José Sanchez Trapiello y Alfonso Garcia-Viejo

12 jun 2021 . Actualizado a las 11:20 h.

Los manuales de management hablan de 3 conceptos básicos en cualquier organización:

-La Misión, los fines de la Empresa, a lo que se dedica, lo que hace.

-La Visión, lo que quiere ser en el futuro, a lo que aspira.

-Los valores, la forma en que se debe realizar el trabajo para que haya coherencia entre lo que se predica y lo que se hace.

Y además, los Recursos Humanos con los que la Empresa desarrolla sus actividades.

¿Que Empresa (hablamos de nuestra Atención Primaria) puede tener éxito, si tiene a su recurso humano esencial, más escaso y cuyo tiempo es más caro (sus médicos), dedicado a realizar todo tipo de actividades, excepto a la que debiera dedicarse: ejercer la medicina? Una empresa que tiene a su principal recurso sobrecargado innecesariamente por la mala gestión que desde años ha llevado a cabo la administración, enfadado y con la sensación de estar desprotegido por sus directivos. ¿Qué valores tiene una empresa en la que pasaban y pasan estas cosas?:

Durante décadas, hasta la llegada de la informática, esta empresa nos obligó a dedicar horas y horas  a la semana haciendo (a mano) partes de confirmación destinados a la papelera (un compañero de Oviedo los tiró durante años, sin enviarlos y nunca ocurrió nada), por una ley de los años 40 de un ministro de Franco, que permitía a los obreros de baja cobrar la paga semanal.

Disponiendo de un instrumento informático como la Receta electrónica, hasta la llegada de la pandemia no se nos permitió el uso remoto, enviando la información a las farmacias por internet, obligándonos cada vez que se hacía un cambio a imprimir una hoja en papel que generaba cientos de consultas. Que nos obligaba y obliga a solicitar las revisiones hospitalarias cada vez que un paciente debía volver a ver a su especialista: antes todas, ahora las que son en un plazo superior a un año.

Que permite que desde el hospital se le indique al paciente que, previamente a su revisión, pida cita con su médico de Familia y este le solicite una analítica, cuándo su médico puede/debe realizar dicha petición al tiempo que la cita de la próxima revisión. Que nos abrasa convirtiéndonos en los «resultadores» de todas las pruebas diagnósticas del hospital. Las enormes listas de espera hacen que cada vez que se pide una ecografía, scanner o Resonancia desde atención especializada se cite al paciente muchos meses después para conocer sus resultados, y ante la incertidumbre insoportable los pacientes acudan en masa a que los «miremos» en nuestro ordenador. A veces las sorpresas son mayúsculas.

Que nos obligaba y obliga a tramitar absurdos visados de inspección a pacientes que deben tomar sus medicaciones de por vida (anticoagulantes, pañales, etc.). Con inspectores «analógicos» o no autorizados a acceder a la historia del paciente, para ver la misma información con la que nosotros volvemos a tramitar el visado.

Que nos obligaba y obliga  a tramitar dentro de la consulta, porque parece que nadie está al mando, cantidad de papeles, informes, justificantes, certificados...

Y un sinfín de trámites burocráticos que no tienen fin.

En el pasado las direcciones de enfermería actuaron ante este caos en las consultas (con el consentimiento de nuestra administración) protegiendo a su colectivo: se estableció la llamada consulta programada de enfermería, lo que originó una gran desigualdad de las cargas de trabajo entre los distintos colectivos. Enorme error estratégico, y que es responsable de la opinión actual de muchos de nuestros compañeros médicos. Curioso poder político el de las Direcciones de Enfermería de esta Empresa en la región, que hace olvidar La Misión, La Visión, Los valores...

Ahora después de las protestas y la presión ejercida con cartas firmadas por la mayoría de médicos de Primaria de Asturias -que trabajamos-, el SESPA rectifica, en parte: parecen haberse caído del caballo de pronto y ofrecen alguna mínima alternativa. Al día siguiente de la publicación de nuestra carta firmada por 435 compañeros. La Sra. C. Saavedra, Gerente del SESPA, se reúne con uno de los firmantes de este escrito, para informarse de nuestras reivindicaciones. O no nos entendió bien, o a lo peor -y es lo que nos tememos- no le permiten actuar más allá. Porque no, no era eso lo que pedíamos.

No vemos por ninguna parte la palabra triaje. No necesitamos que el personal de enfermería haga otras cosas distintas o nuevas. Necesitamos que colabore a achicar el agua: nos hundimos. No olvidemos que somos un equipo, cada cual con sus atribuciones; sólo la buena organización logrará una mejor atención al paciente, que es el fin de nuestro trabajo.

Nos ofrecen como solución un «deja vu»: la atención a los enfermos crónicos, algo que se intentó en el pasado sin éxito.  Se veía 12 veces cada año al mismo hipertenso o diabético y ninguna a los que más lo necesitaban. No era eso.

Debemos avanzar en la organización de los equipos, transmitir a la población que los recursos son escasos y deben ser bien utilizados. Realizar un triaje administrativo para resolver lo que no es necesario que acuda al centro, ni llegue a la consulta. Además, necesitamos  un triaje clínico por parte de personal sanitario, como se hizo siempre (y se hace en los hospitales) por parte de enfermería, para poder priorizar la demanda, atender realmente a lo que es urgente y demorar lo que no.

Necesitamos desburocratización. Es fácil de poner en práctica; tienen más arriba la lista de cosas a desarrollar. Los hospitales tienen que resolver su asistencia sin seguir sobrecargando innecesariamente la Atención Primaria. La Gerencia del SESPA y las direcciones de los hospitales deben tomar las decisiones necesarias para que analíticas, resultados, citaciones, etc… sean resueltas desde el mismo nivel que las genera, evitando la delegación de funciones. Con los medios informáticos de los que disponemos actualmente es sencillo. A nivel de las inspecciones médicas, la Gerencia del SESPA debería permitir el acceso por parte de los inspectores al historial clínico del paciente, haciendo innecesaria la realización de informes complementarios por parte del médico de Atención Primaria. Y por supuesto todas las actividades administrativas deberían hacerse fuera de la consulta.

Por último, necesitamos contratos estables y bien remunerados, pero no en rueda de prensa: negro sobre blanco, y que empiecen a llegar a los Centros a trabajar.

Por cierto, Sr Consejero: no, no son ambulatorios. Nosotros trabajamos (en muy malas condiciones, eso sí) en Centros de Salud. En los años 70 se llamaban ambulatorios; si continuamos así acabaremos volviendo a ser ambulatorios. Hacer de médico especialista en medicina familiar y comunitaria se está volviendo muy difícil.