¿Así era como lidiabas con la presión, Djokovic?

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso TOKIO2020

OPINIÓN

RUNGROJ YONGRIT

01 ago 2021 . Actualizado a las 10:16 h.

Djokovic pone muy difícil por dónde empezar este texto. De entrada, a raíz de la retirada de Simone Biles por un problema de salud mental, su discurso sobre la presión a la que se someten los deportistas de élite está impregnado de tal soberbia que produce lástima. Después, si uno se para a pensar en su carrera, sus altibajos emocionales, su obsesión por agradar, la desconexión entre cómo intenta construir su imagen pública y su forma de actuar, no hay por dónde coger su mensaje. Y, por último, su papelón de este sábado termina por desenmascarar a un fenomenal tenista que puede ser un maleducado y un impostor.

Ya antes de su partido por el bronce triunfaban en las redes los vídeos de sus penosas reacciones en la pista para ilustrar sus frases de viejo machito: «La presión es un privilegio, amigo. Y sin ella no existiría el deporte profesional. Si tu objetivo es estar en la cima de tu deporte, lo mejor es que comiences a aprender a lidiar con la presión y los momentos difíciles, tanto en la pista como fuera de ella». Brillante, si no fuera porque este sábado lanzó una raqueta a la grada y destrozó otra contra la red, víctima de la frustración ante Pablo Carreño.

«No puedo decir que no vea o no escuche todo ese zumbido o ese ruido, porque por supuesto que está ahí, pero he aprendido a manejarlo de tal forma que no me destruya. No me desgastará. Siento que tengo la suficiente experiencia como para saber cómo debo entrar en la pista y jugar mi mejor tenis». Fantástico. Pero este sábado, consciente de que se había quedado sin medalla individual en Tokio, respondió con evasivas para ilustrarnos sobre su gestión de la derrota antes de salir disparado de la zona mixta de Ariake.

Lo remató después. Gran jugador de equipo, cuando plantó el cruce por el bronce del dobles mixto sin presentarse a jugar. ¿Así era como lidiabas con la presión, Djokovic?