Aquí no habrá playa

Jorge Mira Pérez
jorge mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

STR

15 ago 2021 . Actualizado a las 09:20 h.

En el año 2064, los niños de la edad de mi sobrino tendrán la que yo tengo ahora. Pero en el 2064 no podrán hacer lo que hice ayer: ir a la playa, porque en el 2064 ya casi no habrá playas en la mayor parte del mundo. Se las habrá comido la subida del nivel del mar, debida a la dilatación del agua por el aumento de la temperatura y, sobre todo, al derretimiento del hielo antártico y de Groenlandia. Aunque, lamentablemente, ese no será el mayor de los problemas. El cambio climático hará que en nuestras latitudes se incrementen de modo acusado las olas de calor, incendios, inundaciones, huracanes…, que harán disminuir notablemente nuestro nivel de vida. Y todo eso porque nuestra generación tarda en comprender dos cosas. La física que describe el clima no es lineal: si uno ejerce una sucesión de estímulos de intensidad 1, 2, 3, 4…, la respuesta puede ser 1, 2, 19, 107. Un mínimo cambio puede tener grandes consecuencias. Y lo peor es que podemos estar al borde de un proceso casi cataclísmico (que tenga lugar en la escala de tiempo de vida de una persona). La atmósfera es menos cosa de lo que parece: el 99 % está concentrada en los primeros 25 kilómetros de altura. Coja un balón de fútbol y rodéelo de una capa de ese plástico con el que envolvemos las verduras en la nevera: la proporción plástico-balón es la que tiene el grosor de la atmósfera con el tamaño de la Tierra. Nos sería muy útil un cierto sentimiento de claustrofobia, porque vivimos gracias a esa fina capa de aire que maltratamos cada vez más.