Constitucionalistas flojitos

OPINIÓN

Hipotecas, vivienda
Hipotecas, vivienda JOSEALBALADEJOROS

07 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No conozco demasiado bien la nueva Ley de Vivienda. De hecho, los que hoy están escribiendo sobre ella como si la conocieran en profundidad, tampoco. Cabe la posibilidad de que aunque conocieran la ley al dedillo se dedicaran a mentir sobre ella, como es uso y tradición en España. 

En cualquier caso, hay muchas lágrimas derramadas en apenas tres días. Resulta que es una ley ideológica, no como las anteriores, que estaban basadas en la evidencia científica disponible. Resulta que es un atentado a la propiedad privada, la sacrosanta propiedad privada. Resulta que genera inseguridad jurídica, pues la seguridad jurídica es patrimonio exclusivo de los propietarios. Resulta muchas cosas, pero todos estos llorones, políticos, periodistas y señores con 12 pisos, no parecen tener ni proponer una solución para que acceder a una vivienda no sea ni privilegio ni tortura en beneficio de estos llorones.

Desde políticos de derechas cuya familia se dedica alegremente a la especulación inmobiliaria y que poseen una docena de pisos hasta un señor que aseguraba que poseía siete viviendas que pudo comprarse porque no se gastó el dinero en litronas de cerveza, ninguno de ellos aporta una solución a un problema endémico de nuestro país.

El patriotismo se acaba siempre a la hora del expolio de los derechos constitucionales de una parte de la población, casualmente la que menos propiedades tiene. Cualquier cosa, por nimia que sea, que intente aliviar la situación económica de los trabajadores, es tomada inmediatamente como un acto hostil de violencia anarcocomunista, aunque estemos hablando de muy tibias medidas socialdemócratas. Los reyezuelos de ayuntamientos y comunidades autónomas aplicarán la ley según su ideología, que la tienen, así que ya me dirán qué clase de dictadura comunista de pacotilla es esta.

De lo poco que voy sabiendo de la ley, unas cosas me gustan más que otras, tampoco tengo las tragaderas tan grandes. Pero esta rebeldía de burgués asolado por la chusma con la que nos obsequian los de siempre que quieren que todo se quede como siempre o incluso mejor para ellos y solo ellos, es desoladora. A todos, a derecha e izquierda, nos debería preocupar el precio de los alquileres, pero un sector político hace años que decidió que ese problema no existe. O bien aseguran que eso se soluciona liberando suelo y construyendo más, algo que en este país, a poco que miremos, sabemos que es mentira. 

Los mantras conservadores son así. Todo es comunismo, liberticidio. Proponer no proponen nada que no nos llevara a la ruina absoluta en el pasado más reciente. Con esta ley andan como aquello que decía Pinochet, ya saben, hay que elegir entre ser propietario o ser proletario. Lo que pasa es que algunos no podemos elegir, y en contraste con la creencia de vivir bajo un régimen comunista, sabemos que realmente vivimos bajo el yugo de la dictadura del propietariado.