La senadora Elizabeth Warren fue rival de Biden en la última carrera por la presidencia de Estados Unidos. Ubicada en el ala izquierda del Partido Demócrata, es una figura académica prestigiosa. Y sus palabras tienen peso más allá de las fronteras de su país.
Warren ha reclamado en numerosas ocasiones, y con mucho sentido común, que se acabe la «barra libre fiscal» de la que han disfrutado en los últimos años las megacorporaciones que dominan la sociedad digital y sus multimillonarios dueños. Y ha puesto desde hace mucho tiempo en la diana a Amazon, por sus prácticas monopolísticas. El último escándalo protagonizado por el gigante del comercio electrónico le da la razón.
Documentos internos de la compañía de Bezos escudriñados por Reuters han revelado que en la India llevó a cabo una estrategia para potenciar sus propias marcas. Por un lado, copió productos de otras marcas. Por el otro, relegó a sus rivales en las búsquedas de su tienda, en teoría un mercado abierto. La difusión de la noticia llevó a la senadora a lanzar de nuevo su particular «Carthago delenda est» y pedir que Amazon sea desguazada. Y también señala a los otros gigantes GAFA, Google, Apple y Facebook, por similares motivos. Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Son más poderosos que muchos Estados. ¿Llegamos tarde?