Foto de archivo de una manifestación en contra de la violencia machista.
Foto de archivo de una manifestación en contra de la violencia machista. Carlos Herrera

25 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hartas no,  estamos muy hartas, de que los políticos, las administraciones públicas, los responsables jurídicos y la sociedad en general, no estén todos hartos de la violencia contra nosotras: las mujeres y niñas. 

Estamos hartas de escuchar que la violencia es una lacra, como si las violencias fuesen un accidente irremediable que tenemos que aceptar. Hartas de que incluso se niegue el ritual del minuto de silencio por algunos políticos. Porque el problema es, efectivamente, el insultante silencio como respuesta. Estamos hartas de ese silencio también.

Hartas de que a los asesinos, los maltratadores se les trate como locos, porque no lo son. Son hijos sanos de un patriarcado que, les trata con condescendencia. Hartas del mantra de «la mujer no denunció» sin analizar por qué muchas de las mujeres asesinadas no lo hacen. Estamos hartas de que invisibilicen al agresor y no se analicen las causas de la violencia.

Pero utilizaremos esta hartura como una estrategia de resistencia colectiva. Moveremos conciencias y provocaremos movilizaciones. Pondremos todas las violencias en el centro de la alarma social.  Reconduciremos el hartazgo, la rabia, y el hastío, para ponerla al servicio de nuestra inteligencia feminista. 

Nuestras propuestas para eliminar las violencias, hace mucho tiempo que están en las mesas institucionales. Estamos hartas de que cuando llegan a las instituciones se «reciclan» y se «vacían» por falta de voluntad. 

Estamos hartas de que nos tomen el pelo. Nos dan un caramelo y nos tapan la boca para no poderlo comer.