Desaparecidos

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

via TWITTER @QINGQINGPARIS

27 nov 2021 . Actualizado a las 10:10 h.

Muy interesante el caso de Peng Shuai, la tenista china desaparecida después de acusar de violación a un exvicepresidente, amigo del presidente actual. Y no porque nos hayamos enterado de algo que no supiéramos del Partido Comunista Chino o porque haya alcanzado esta vez cuotas desconocidas de crueldad. No. Es interesante por cómo hemos reaccionado y por lo que esa reacción dice de nosotros. Nunca habíamos estado tan preocupados. Nunca se había producido una repulsa internacional política y mediática de este calibre, por su amplitud y por su tono. Por supuesto, nos escandalizamos menos y más brevemente de las matanzas sufridas por los uigures de los abortos forzados de sus mujeres. El aplastamiento del pueblo de Hong Kong nos pareció una nadería previsible: los chinos, ya se sabe. Encontramos natural el encarcelamiento de los críticos e incluso que trafiquen con sus órganos después de ejecutados o todavía vivos. Saludamos su crecimiento económico, ahora camino del estancamiento, acelerado por una masa laboral gigantesca y muy maltratada. Incluso se llegó a decir que el régimen demostró que el progreso no se vincula necesariamente con la democracia. Pero, pese a que han generado decenas de miles de millonarios, la renta per cápita china apenas llega a un tercio de la de los países desarrollados. Eso sí, también los millonarios desaparecen. No solo Jack Ma, que sigue en paradero desconocido. Tampoco nos importa. Pero, ay, una tenista más o menos famosa, una mujer que ha denunciado que un político la ha atacado sexualmente…

Como Ma, Peng Shuai ha reaparecido en vídeos improbables, ridículos. No les importa lo que pensemos, sino que los 1.400 millones de chinos sepan a qué atenerse.

@pacosanchez