La confesión de Martínez-Almeida

OPINIÓN

Cézaro De Luca | Europa Press

01 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La cara de José Luis Martínez-Almeida es un poema. He aquí la viva imagen de un reo a punto de confesión, ni que lo hubieran condenado a muerte. Da igual que el hombre se suba al atril para hablar de la Navidad, o de la persecución que sufre a manos de Vox, que su rostro estará contando otra cosa. Pasarán doscientos años y su rostro estará hablando, para entendernos, de La Cosa. La Cosa es la casa, razón Génova 13, y lo que en ella se cocina. Esta instantánea tomada ayer parecía lo que no fue, que el reo se disponía a cantar: «A ver, a mí que me registren, en esto me han metido Pablo y Teodoro. Me dijeron que me pusiese ahí y me puse ahí. Me dijeron que no me moviese, y no me he movido. Yo soy un soldado». Pero no. Martínez-Almeida no lo dice. Martínez-Almeida calla. Ya se encarga su rostro de hablar por él. Nunca un gesto dijo tanto con tan poco. El día que revisen su condena a lo mejor hasta se la aumentan.