No mires arriba

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

Miguel Calero

26 dic 2021 . Actualizado a las 10:19 h.

Durante la última o antepenúltima ola de la pandemia, una tarde comenzaron a apilarse noticias apocalípticas en la redacción. Y un compañero, ante esa vorágine, en la que la fontanería rutinaria y la actualidad conforman el abrazo del oso, soltó una frase para la posteridad: «Cuidado, que estamos haciendo cosas y no sabemos si habrá un mañana».

El día ofrecía material inflamable: más virus, más ruido sobre el gran apagón, el volcán, la crisis de suministros... Un cuadro. Una versión de El jardín de las delicias. Imposible escapar a la sensación de que, como dijo Winston Churchill sobre los Balcanes, producimos más historia de la que podemos consumir. Parecía que el 2020 había puesto el listón en un lugar inalcanzable, pero llegó el 2021 para dar otro gran salto con sus cosas increíbles. Para despedir el año con humor, pero sin perder de vista esa invitación a pensar en el fin del mundo, ha llegado No mires arriba, una sátira sobre la reacción de la sociedad ante un grupo de científicos que anuncian que un cometa impactará contra la Tierra en seis meses y provocará la extinción de los humanos de la mayor parte de las especies. Primero el mensaje se pierde, porque resulta imposible competir con los cotilleos de la política y el corazón. Después todo se desboca con trazo de caricatura. Astrónomos frustrados, una presidenta vendida al mejor postor, un gurú tecnológico ejerciendo de semidiós e intentando sacar tajada, negacionistas del cometa y ciudadanos a los que se les invita a apartar su mirada del cielo, no vaya a ser que se topen con lo evidente e inminente. Todo increíble. O no tanto. Ahora muchos reparten sus pensamientos entre sus propósitos para el 2022 y los despropósitos que puedan aguardarnos. Ojalá podamos mirar lejos y mirarnos de cerca.