Dos años atrás, dos años delante

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

Eduardo Parra | Europa Press

07 ene 2022 . Actualizado a las 08:49 h.

Hace hoy dos años, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón era investido presidente del Gobierno con los votos que había obtenido en la moción de censura que derribó a Mariano Rajoy. Empezaba a gobernar con la primera coalición desde la Segunda República. Era una coalición que asustaba, porque sus socios eran los comunistas de Izquierda Unida y destacados dirigentes de Podemos, que poco antes habían mostrado actitudes antisistema. Asustaba al propio Pedro Sánchez, que días antes confesaba que imaginar a Podemos en el Gobierno le quitaba el sueño a él y a millones de españoles. El comienzo no podía ser más intrigante. Para muchos, tampoco más alarmante.

Pero funcionó. Se cumplen hoy dos años y esa coalición goza de buena salud. Hubo muchos encontronazos. Hubo proyectos de ley que chocaron estrepitosamente en el Consejo de Ministros. A veces crujieron las estructuras del Estado por la posición republicana de los ministros de UP. Y hubo momentos donde parecía que el acuerdo saltaba por los aires, pero el poder une mucho: todos los conflictos, o fueron aparcados o resueltos entre ellos en función del beneficio mayor, que era el de mantenerse en el poder. Triunfó la teoría sanchista del manual de resistencia.

Hoy, la coalición puede sacar pecho: sacó adelante una docena de pactos sociales. No perdió ninguna votación parlamentaria, aunque fuese con los votos de EH Bildu, con el que incluso negoció. Aumentó el gasto público de forma notoria, pero supo vestirlo con argumentos populistas como el de «que nadie se quede atrás». Tuvo que dirigir una pandemia espantosa con resultado discutible y discutido, pero con el premio de los fondos europeos. Y tuvo la suerte del campeón de contar con una oposición muy dura en la palabra, pero ineficaz para robarle apoyo popular. Las últimas encuestas apuntan, como mal menor, un empate entre Sánchez y Casado. Parece más un fracaso de la oposición que de los gobernantes.

Los grandes asuntos, como la solución de la eterna crisis catalana, siguen abiertos, pero al menos se trasladó a la opinión pública que el procés ha embarrancado y hoy solo los muy apasionados defienden o urgen la convocatoria de un referendo o la proclamación unilateral de independencia. La duda es si lo hacen porque se abrió la incierta vía del diálogo o por lo que dice Rajoy: que saben lo que les cae encima si vuelven a las andadas.

Y, a partir de hoy, la segunda parte de la legislatura. Castilla y León abre el toril de las elecciones y, si Andalucía hace lo mismo, ya todo será electoral. Entramos en la senda de nuevas tensiones forzadas por la cercanía de las urnas. Sánchez y Casado empatados es como si partiesen de cero. Con dos ingredientes que hace dos años no existían: en la izquierda, Yolanda Díaz; en la derecha, el fantasma de Vox. Todo está por escribir. Hay profetas, pero con dos años por delante es imposible acertar.