Cómo van los asuntos que importan

Fernando Salgado
Fernando Salgado LA QUILLA

OPINIÓN

MARTINA MISER

13 ene 2022 . Actualizado a las 08:55 h.

Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. En economía —el dinero del bolero—, según la tesis nunca desmentida de Paul Krugman, solo hay también tres asuntos realmente importantes: el empleo, la productividad y la distribución de la renta. El número de brazos y cerebros dedicados a crear riqueza. La riqueza que genera cada uno de esos trabajadores. Y el reparto de la riqueza creada. Nada puede ir mal si los tres negocios van bien, ni nada puede ir bien —del todo— si alguno de ellos va mal. Existen muchos otros indicadores relevantes —la inflación o los impuestos, la innovación o el ahorro—, pero solo en la medida en que afectan, positiva o negativamente, a los vértices del triángulo decisivo.

Si utilizamos el triple baremo para evaluar la salud de la economía española, el diagnóstico resulta deprimente. Con más de tres millones de parados, España es junto con Grecia el país europeo con mayor tasa de desempleo. La productividad de su atomizado tejido empresarial es notoriamente más baja que en los países de su entorno. Y la falta de equidad en la distribución de la renta, agravada durante la crisis financiera, nos convierte en el segundo o tercer país de Europa con mayor desigualdad.

Constatados los tres males endémicos, examinemos su evolución en el último año. El empleo mejoró ostensiblemente. Hay más trabajadores que nunca: casi veinte millones de afiliados a la Seguridad Social. El 2021 fue un año récord en el mercado laboral: se recuperaron más de 776.000 puestos de trabajo y se recortó el paro más del 20 %. Las cifras de empleo ya rebasan los niveles de la prepandemia.

Peor marcha nuestro segundo asunto: la productividad. De hacer caso a las cifras del INE, la riqueza generada por cada trabajador es un 6,6 % menor que la que creaba en el 2019. Los empleados son casi los mismos, pero el PIB notablemente inferior. ¿Se está hundiendo la productividad? ¿Cómo se explica que los trabajadores de hoy sean menos eficientes que los del 2019? Los expertos barajan diversas hipótesis. Una, se está creando empleo en las actividades de menor productividad: sector público, servicios, pymes... Dos, la expansión del teletrabajo empeora la productividad. Tres, se fueron al paro los trabajadores precarios y menos cualificados, y ahora, al volver al tajo, rebajan la productividad media. Cuatro, las empresas anticiparon las contrataciones a la reanudación de la actividad y, en consecuencia, las plantillas están infrautilizadas; o de brazos cruzados, a la espera de que lleguen los suministros para seguir produciendo.

Las desigualdades, nuestro tercer asunto clave, se han ampliado. Un reciente estudio de la Fundación La Caixa lo pone de manifiesto: las rentas más bajas han experimentado la mayor caída desde el 2008. La inflación, el impuesto que esquilma a los pobres, ha reabierto la herida nunca suturada de la desigualdad. En el lado opuesto, la rentabilidad del capital no ha dejado de crecer, ni siquiera durante lo más crudo de la pandemia.

España, a tenor de los asuntos que realmente importan, no va bien. Hay tarea por delante.