Fantasmas del comunismo

OPINIÓN

El papa Francisco se coloca una mascarilla en un acto celebrado el 20 de octubre en Roma
El papa Francisco se coloca una mascarilla en un acto celebrado el 20 de octubre en Roma FABIO FRUSTACI | EFE

27 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un fantasma recorre España: el fantasma del fantasma del comunismo. Ese fantasma, que por ser el fantasma de un fantasma es apenas un ente borroso que solo los videntes pueden ver, se dedica a pergeñar maldades como acabar con la subcontratación en una reforma laboral que reforma apenas un poquito de aquella de Mariano Rajoy que su ministro de economía anunció con toda la alegría del mundo en Europa  como “muy agresiva”.

Al presidente de CEPYME le escuece haber pactado la reforma de marras. Dice que es de un gobierno comunista, y que la ministra de trabajo es comunista, y que la base del progreso son las pequeñas y medianas empresas, lo que tenemos en España. Se entiende entre el resto de los mortales que, efectivamente, son la base del progreso. Del progreso del presidente de CEPYME, concretamente.

Este gobierno no es comunista. Apenas es socialdemócrata. Pero hace tiempo que parece que cualquier cosa que pretenda mejorar las condiciones materiales de los trabajadores es tomado por comunismo. Esto no es solo la inquietante evidencia de que estamos en manos de analfabetos políticos. Es también la confirmación de que las clases altas de este país pretenden perpetuar y ahondar todo lo que se pueda en la tiranía laboral que vivimos los trabajadores españoles, que llevamos décadas caminando por un alambre a merced del egoísmo enfermizo de los adalides de la libertad.

Si hubiera sentido común en este país, lo del comunismo del gobierno sería motivo de burlas lo más crueles posibles. Es que aquí todo lo que no gusta es comunismo: el Papa Francisco es comunista, Pedro Sánchez es comunista, si pierde el Real Madrid es comunismo. Pedir que vuelvan los salarios de tramitación es tan comunista que la flamante reforma que el presidente de CEPYME ha firmado pero con la que no está de acuerdo, no contempla su vuelta.

No hay ningún gobierno comunista en la Unión Europea. Tener a la patronal y absolutamente a toda la derecha política y mediática calificando de comunismo cualquier cosa que no les gusta, es demencial, es aterrador, es ver que tarde o temprano gobernaran quienes llevan años mintiendo. Gente que es incapaz, o no y les da igual, de encontrar diferencia alguna entre Olof Palme y Pol Pot, no debería tener un puesto de responsabilidad ni en su comunidad de vecinos.  Ya está bien de fantasmas.