Que vienen los nuestros

OPINIÓN

Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, en la presentación del libro de Mariano Rajoy, «Política para adultos»
Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, en la presentación del libro de Mariano Rajoy, «Política para adultos» Isabel Infantes | Europa Press

18 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Implosión y con difícil solución. La crisis que ha estallado en el PP en las últimas 48 horas puede que no tenga marcha atrás y divida al partido en al menos dos mitades. De primeras, no hay precedentes de una guerra interna así, con lo cual son impredecibles los próximos acontecimientos. Hay quien ve cierta comparación con el 1 de octubre de 2016 en el PSOE, sobre todo por la lucha de poder y por aquello de que uno tiene amigos, enemigos y compañeros de partido, pero bajo mi punto de vista hay una notable diferencia con aquel Comité Federal, y es que en el caso de los populares hablamos de una lucha contaminada por sospechas de corrupción y de espionaje que además no se quedan en el partido, sino que trasciende a instituciones públicas (su primera víctima ha sido Ángel Carromero en el Ayuntamiento de Madrid). Parece que ni el «nuevo» PP de Casado aprendió las lecciones del pasado (pese a las promesas de que no se iban a repetir este tipo de hechos lamentables).

Todo procede de fuego amigo. Habrá que ver cómo se resuelve el expediente informativo abierto a Ayuso tras su dura rueda de prensa contra Casado, porque podría terminar en una expulsión en última instancia, aunque en el mientras tanto lo más seguro es que le dificultará su carrera a optar a la presidencia de la formación en la Comunidad de Madrid, algo que lleva peleando desde hace tiempo y que a Génova no le hacía mucha gracia. Seguramente estemos ante el inicio de más filtraciones mediante documentos, audios o fotografías, con lo que queda artillería por usar. Cortar esta hemorragia no será fácil y es un marrón para los dirigentes autonómicos, que imagino que tendrán que mojarse e intentar apaciguar los ánimos para procurar no acabar como el rosario de la aurora. Sobre todo pienso en los intereses de Moreno Bonilla en su decisión de adelantar elecciones o de agotar la legislatura. Tras el resultado de Mañueco y ahora con esto, parece que lo conveniente para sus intereses es que espere a final de año para convocarlas, aunque con un Vox crecido, un socio en el gobierno a punto de morir y con toda la izquierda contra él no le será fácil gestionar Andalucía (es la única comunidad que no ha aprobado sus presupuestos este 2022).

Siempre he sido muy crítico con el PP, tanto por la falta de limpieza en sus filas como por sus políticas de derechas, pero me resulta muy difícil entender la fuerza electoral que tiene a día de hoy. Quizás sean más peligrosos los ataques de quienes están en sus propias filas (como decía Pío Cabanillas, ¡al suelo, que vienen los nuestros!) que de personas como yo que no mentimos a nadie y nos encontramos en la oposición de lo que defienden y hacen. No sé si será el final del PP, pero me extrañaría que no lo fuera de Casado o de Ayuso.