Perdonados sin dar explicaciones

OPINIÓN

El rey emérito Juan Carlos I, en una imagen de archivo.
El rey emérito Juan Carlos I, en una imagen de archivo. Eduardo Parra | Europa Press

04 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Seguramente lo primero que se nos venga a la cabeza al escuchar «pídele cuentas al Rey» sea la famosa película de José Antonio Quirós, cuyo protagonista principal encarna Antonio Resines y que, afortunadamente, ha podido retomar su vida (tras 48 días ingresado por culpa de la COVID-19), incluyendo la social (en Pamplona/Iruña recogió esta semana la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes). El título del largometraje bien valdría ahora para pedirle cuentas a la Casa Real. Tras la decisión de la Fiscalía de archivar la investigación contra Juan Carlos I, creo que debe esclarecerse todo lo ocurrido (y no me refiero a un escueto mensaje de disculpas y de arrepentimiento que todos recordamos en un pasillo de un hospital).

El Rey Emérito se ha librado de sentarse en un banquillo como acusado porque todo lo que se conoce ha quedado sin efecto para poder juzgarle, fuera porque reconoció por vía de las regularizaciones el dinero que tenía sin declarar ante Hacienda, fuera por haber prescrito ya los hechos conocidos públicamente o fuera porque nuestra Constitución le ha protegido incluso más allá de sus tareas como Jefe del Estado (hay juristas que tras su abdicación discrepan si a día de hoy sigue siendo inviolable). Veremos si regresa en las próximas fechas a España, porque parece que las novedades en la Casa Real suceden, curiosamente, cuando hay una noticia que eclipsa todo el contenido informativo (ahora con la invasión rusa a Ucrania), pero lo que no podrá evitar la Zarzuela es que mensajes como que «la justicia es igual para todos» se les vuelva en su contra.

El desenlace judicial de esta historia es decepcionante, pero la actitud de Juan Carlos es a mi entender indefendible. Me entristece que una formación política como Nuevas Generaciones del PP se atreva a escribir un tweet en el que se inste a la ciudadanía española, «en fila de uno», a pedirle perdón a esta persona. No sé si los más acérrimos a la monarquía, y particularmente a Juan Carlos, le han perdonado ya todo lo ocurrido, pero pienso que deberían ser los primeros en exigirle honestidad y honradez si lo que desean es que no llegue una república a nuestro país en algún momento futuro (por lo que deberían ser los más interesados en que se le diera a la ciudadanía española una explicación). 

Feijoo parece que se ha sentido obligado a asumir el liderazgo del PP nacional. Cuando le escucho no me parece sentir en sus palabras que esté convencido en dar el paso que le han pedido todos los barones. Galicia es otro mundo diferente al ambiente estatal. Mientras, Almeida sigue desaparecido y la inmensa mayoría del partido que se posicionó con Casado como el mejor para combatir al sanchismo ahora habla maravillas de Feijoo. Es una pena, y lo digo desde el más profundo respeto a cómo se quieran organizar, que el PP no haya aprovechado la ocasión para darle voz a la militancia de base, aunque solo sea por dejarles participar en el proceso votando al único candidato que previsiblemente habrá.

Sin mucho tiempo que perder se celebrará a principios de abril en Sevilla el congreso, imagino que con la vista puesta en lanzar un mensaje claro de que las siguientes elecciones serán las andaluzas, aunque no olvidemos que Mañueco sigue en espera sobre si puede o no negociar con Vox (se agota el tiempo para la constitución del parlamento y las primeras pistas las tendremos con la conformación de la mesa).

Y entre tanto, el PP ha decidido cerrar definitivamente el expediente informativo a Isabel Díaz Ayuso por los famosos contratos de las mascarillas. Es un cierre en falso, en el que siguen muchas preguntas sin contestarse y en el que parece que se ha optado por perdonar a tomar medidas drásticas (si bien la propia presidenta de la Comunidad de Madrid ya ha pedido que se expulse a aquellas personas que promovieron el supuesto espionaje contra ella). Ojalá la militancia del PP presionase a sus dirigentes para que estos sucesos no queden perdonados sin dar las explicaciones pertinentes.