El regalo de Pablo Casado

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

DPA vía Europa Press

12 mar 2022 . Actualizado a las 09:52 h.

Debe haber llegado ya a Génova 13 el regalo que el todavía líder del PP, Pablo Casado, envió desde Versalles. Cuidadosamente envuelto, con lacito de colores, a la atención de Núñez Feijoo y los que se reengancharon a la continuidad y con una dedicatoria recordando que su herencia al frente del PP ha sido «no gobernar con la extrema derecha» y «luchar contra la corrupción».

El agasajo viene avalado por el presidente de los populares europeos y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que no dudó en calificar el pacto de Castilla y León de «capitulación», añadiendo que «para mí es una triste sorpresa». Algo parecido a lo que hicieron el jefe de filas del PP europeo en la Eurocámara, el alemán de la CSU Manfred Weber y el francés Michel Barnier.

Casado está convencido de que su salida de la presidencia del partido fue injusta y que recibió un trato humillante. Se lo dijo a la cara a los que lo abandonaron. Y, por lo visto, no parece dispuesto a dejar así las cosas. Aprovechó el viaje, por aquello de que los combustibles están imposibles, para hacer la presentación en Europa del nuevo PP. Eso sí, ni palabra de su gestión, de su incontinencia verbal, de sus deslealtades, de sus ofensas o de sus mentiras; ni tampoco de que sus desaciertos dejan al facherío en lo más alto y que la situación de Castilla y León la provoca él mismo con su estrategia alocada.

Pero la llegada del regalo a Génova, que según parece pilló desprevenidos a los barones populares que aseguran que «toman nota» de la «deslealtad» —ellos, precisamente, hablando de deslealtad—, obliga a pensar que Casado inició una ofensiva contra quienes dieron el golpe en la mesa, favorecido por el pacto castellano y el apoyo a Díaz Ayuso, que en definitiva es el detonante de su decapitación. Y a partir de hora, Feijoo y los suyos van a tener que atender al nuevo frente.

Porque los peores enemigos son los que fueron amigos. Lo dijo Baltasar Gracián, «de los amigos ofendidos salen los peores enemigos». Lo dijo Churchill, «los peores enemigos no están en la bancada de enfrente». Y lo dijo Pío Cabanillas, con el famoso, «cuerpo a tierra que vienen los nuestros». Para estar en política hay que saber estas cosas.