Reforma educativa: Cada vez más burros

OPINIÓN

Imagen de archivo de un examen de selectividad del curso pasado
Imagen de archivo de un examen de selectividad del curso pasado PACO RODRÍGUEZ

04 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Querido lector: no he perdido tiempo en buscar un título más discreto. -Es lo que hay-. Los que mandan se han empeñado en que esta generación sea más burra que la anterior.

Una anécdota recurrente utilizada en diatribas de esta índole cuenta cómo alguien se queja de que los jóvenes de hoy nos llevarán a la ruina. Esta manida introducción concluye desvelando su origen remoto, probablemente atribuyéndola a Sócrates, a textos babilónicos, a los manuscritos del Qumrán o vaya usted a saber -ya escuché de todo-. Resumiendo, siempre se ha pensado que las generaciones venideras son peores que las pretéritas.

Entonces, ¿resulta esta queja trivial, cíclica o infructuosa? Pues no, porque actualmente estamos cruzando la frontera del despropósito. Entre la sustitución del libro por tabletas, los contenidos clásicos por sandeces, las explicaciones por historietas interactivas, el trabajo en papel por aplicaciones en chromebooks y el esfuerzo de hincar los codos por trabajos en proyectos y demás pamplinas pedagógicas postmodernas, el estado de idiotez al que van a llegar los jóvenes desborda toda expectativa.

Aliviado con la anterior soflama, pasaré a explicar el porqué de todo esto.  Por lo visto los alumnos abandonarán por fin el saber enciclopédico y memorístico por otro consistente en aplicar directamente los conocimientos. Antes de matizar esta declaración de intenciones y siguiendo los consejos de Buda, permítame respirar varias veces, no vaya a ser que empiece a decir groserías… -Bien, vayamos allá-. Queridos diseñadores del nuevo currículum ¿qué es eso de aplicar los conocimientos directamente? Sepan, que un principio de la pedagogía básica, - ¡Qué digo de la pedagogía!, del sentido común, del saber mundano- es aquel que dice que: primero se aprende la teoría y luego se aplica. Es decir, me leo el manual de instrucciones y luego manejo el artilugio… ¡o no! El médico estudia el cuerpo humano y luego opera, el mecánico aprende el funcionamiento del motor y luego arregla. Así de simple, no hay otra fórmula. Pero… ¿acaso creen que sumergiendo en la práctica al alumno está todo solucionado? Pues a quien diga eso que le opere un residente sin haber estudiado teoría, o que le arregle el coche el enterado de turno que no sabe ni gota de mecánica. Por Dios, todo el mundo reconoce que la práctica es importante, pero antes habrá que saber teoría, -digo yo-. Habrá que recordar que, para llevar a cabo cualquier tarea, lo primero que hay que hacer es lo de siempre, estudiar y memorizar, mientras más mejor, después ya se aplicarán esos conocimientos a la práctica. Muchos pedagogos piensan que el aprendizaje memorístico es cosa del pasado… - pues claro que es lo de siempre, qué os creíais-. Hasta que no se haga realidad el enchufe de conocimientos, como el que le ponían a Keanu Reeves en Matrix, habrá que memorizar. Si esto no fuera en serio, le aseguro que me descojonaría de la risa, pero desgraciadamente esto es real, el Gobierno acaba de aprobar las nuevas directrices de educación, - ¡madre mía! -.

Seguramente esos iluminados, asesores o «expertos educativos» creen que eso del saber enciclopédico suena a rancio, ha pasado de moda, al siglo XVIII, a Voltaire, al régimen, a curas... Por cierto, desde ahora la anterior cifra en números romanos resultará incompresible para los nuevos escolares, -es que no es práctica, pobrecitos, habrá que ponerles 18, no se vayan a estresar- Entre otras perlas del nuevo currículum no sólo quedan eliminados los números romanos sino también los dictados, total como la ortografía la corrige el Word. -Y digo yo para qué escribir con boli, si pueden usar los pulgares para whatsappear-. Los catedráticos en Psicología Evolutiva y los modernos pedagogos lo llaman modelo competencial, pero yo lo llamo fábrica de burros. -Sigamos, que me caliento-. Por supuesto la Filosofía deja de ofertarse obligatoriamente en la Secundaria, no vaya a ser que algún alumno piense. Eso sí, se incluye la educación sexual, el conocimiento de la realidad LGTBI y otros conceptos, como la sextorsión y la experiencia pornográfica… Pero no se dan cuenta de que la filosofía sirve precisamente para comprender ese tipo de realidades y mucho más. ?Que los jóvenes no son tontos o, al menos, no hasta ahora-.

Las repeticiones… -déjeme respirar de nuevo-. Claro, como las cifras de fracaso escolar o, lo que es lo mismo, de repeticiones son muy altas, pues se aprueba a todos y pasamos de estar a la cola de la OCDE a ser los números uno. O lo que sería lo mismo, eliminamos los hospitales y… ¡Tachán! ya no hay enfermos. Señores, es que ahora los alumnos podrán pasar de curso sin límite de suspensos porque será el equipo docente el que decidirá su promoción. Pues sepan que dentro de cuatro días los profesores que no estén por la labor de dejar pasar a un alumno, no por capricho, sino porque no se lo merece, al final cederán, ¿no han oído eso de la presión del grupo? Sí, la coacción encubierta obligará a ese profesor insensible y perverso a dejar pasar al pobre alumno que se rascó la barriga y no digo qué otras partes, durante el curso. No sólo lograrán bajar el nivel, sino que convertirán a la educación en un coladero institucional que llegará hasta la Universidad, si es que no ha llegado ya. ¿Cómo se va a seguir esforzando un alumno aventajado viendo ese agravio comparativo?, ¿qué más da un cero que un diez? ? Ah no, que ahora ya no hay notas numéricas-. Los profesores tienen que ser menos estrictos ¿qué es eso de un cinco con seis? Ahora hay que decir bien. No se dan cuenta de que esta forma de puntuar cualitativa, es en realidad una herramienta para la imprecisión y falta de rigor, como si los datos cuantitativos fueran malos. A mí la Guardia Civil me multa por ir a 121 km/h, no por «correr bien». ¿Ve cómo así lo entendemos todos mejor?

No tengo líneas para contar todos los desaciertos de esta política educativa, pero lo que preveo es una bajada del nivel de los alumnos y si no, al tiempo. El fracaso de los estudiantes no se contempla como opción, todos tienen que obtener el título sí o sí. Es la abolición del mérito o la falsa igualdad, porque algunos no quieren ver que hay alumnos que no valen para estudiar, no ya estudios superiores, sino estudios elementales como la ESO o la FP Básica. La solución para estos alumnos no es regalarles el título para mejorar las estadísticas, sino ofrecerles una capacitación para trabajos que requieran menor cualificación profesional. Puede parecer duro lo que estoy diciendo, pero la realidad es así. No todos tienen que llegar a cursar estudios universitarios, sólo los que puedan avalar con resultados ese logro. La masificación de los estudios superiores por estudiantes mediocres, lo que lleva es a una bajada del nivel en detrimento de la formación de buenos profesionales.

Créame el lector que, por motivos de extensión y urbanidad, me he contenido mucho. Creo ser participe del sentir de muchos padres y docentes que, ante este desilusionante futuro, protestan por la sinrazón de los adoctrinadores esnobistas que nos dirigen. Al final las desigualdades serán cada vez mayores, porque los alumnos con más opciones serán los que tengan una educación de pago, qué pena.