Luis Medina, pico de oro

OPINIÓN

Antonio Gutiérrez | EUROPAPRESS

27 abr 2022 . Actualizado a las 12:24 h.

Este pico de oro, Luis Medina, pasea a su perro, que está fuera del encuadre de la foto, ataviado con gorra calada, gafas de sol y jersey de pico, como una estrella de cine escaqueándose del hambre de autógrafos de los fans, de la Justicia parece que lo va a tener más complicado. Esa forma del jersey, ese pico por el que asoma una camiseta básica, es como un símbolo, lo opuesto al pico (y pala) de quienes tienen que darle duro para comer caliente, cosa, el comer caliente, que al socialité no le habrá quitado jamás el sueño. A Luis Medina le bastó su pico de oro y el teléfono de un primo del alcalde de Madrid, el autoproclamado Honesto Almeida, para conseguir eso que llaman dinero fácil. Al aristócrata Medina ese pico de oro se le está torciendo como se le tuerce la boca en esta estampa de hombre deshecho a sí mismo, vividor en el peor de los sentidos. Y a pesar de ello, se percibe una sonrisa. Como convencido de que el patio de la cárcel se puede cruzar en yate.