Covid-19: urge rectificar

Daniel López Acuña EXDIRECTOR DE ACCIÓN SANITARIA EN SITUACIONES DE CRISIS DE LA OMS Y PROFESOR ASOCIADO DE LA ESCUELA ANDALUZA DE SALUD PUBLICA.

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

03 may 2022 . Actualizado a las 09:40 h.

Si algo nos ha enseñado la evolución de la pandemia en los últimos dos años es que los equilibrios para controlar la transmisión de la enfermedad y mitigar su impacto son muy precarios, que las ecuaciones cambian rápidamente y que hay que saber rectificar a tiempo cuando las medidas adoptadas no son las correctas.

Al poner en marcha la nueva estrategia de vigilancia y control, especialmente al no aislar a positivos asintomáticos y reducir la realización de pruebas diagnósticas, y al suprimir la obligatoriedad de las mascarillas en interiores el Consejo Interterritorial y el Consejo de Ministros han cometido varios errores. Las acciones fueron prematuras, se adoptaron cuando la incidencia era todavía muy alta y había una amplia transmisión comunitaria del virus, cuando tenemos un decaimiento creciente de la protección inmunitaria especialmente en personas mayores y una presencia preocupante de variantes amenazadoras que son más contagiosas (escapan en mayor medida a la eficacia vacunal y producen un número considerable de reinfecciones en personas ya vacunadas). Se trivializó la situación pensando que podíamos «gripalizar» la gestión de la pandemia, pasar página y proceder como si estuviésemos en fase endémica, confiándolo todo a una vacunación que ha sido muy importante pero que no lo es todo y cuya faena no ha sido del todo rematada, pues faltan 3 millones de personas por vacunar con dos dosis y 18 millones con terceras dosis de refuerzo.

Los hechos nos demuestran que hay que rectificar rumbos, frenar la transmisión del virus y proteger a los más vulnerables. Durante el mes de abril la incidencia en mayores de 60 años se ha incrementado en un 47 %, de 459 a 676 casos por cada cien mil personas. Hay ocho comunidades autónomas que superan la incidencia de 1.000 en mayores de 60 años: Asturias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Galicia, La Rioja, Murcia y Navarra. Pero no ha sido solo la incidencia, sino que la hospitalización se ha incrementado en un 5 3 %, pasando de 4.150 a 6.362 personas hospitalizadas y alcanzando en algunas comunidades autónomas hasta el 11 % de ocupación de camas hospitalarias. Y, por si fuera poco, se han producido 252 muertes en la última semana, lo que supone un incremento de 18 % en el número de defunciones.

Por eso algunas autonomías, como Asturias, han decidido sensata y oportunamente realizar más pruebas diagnósticas para mejorar el diagnóstico precoz, aislar a los positivos asintomáticos y recomendar el uso de la mascarilla en interiores. Además, han planteado aplicar una cuarta dosis, tal como recomienda el Centro Europeo de Control de Enfermedades en su último comunicado de la semana pasada, no en forma generalizada, pero sí al grupo de edad de mayores de 80 años, en quienes se concentra la mayor incidencia y tasa de hospitalización aun estando vacunados ya con tres dosis,

España entera debe saber reaccionar a tiempo ante estos repuntes y el Consejo Interterritorial debería de mojarse y tomar cartas en el asunto la próxima semana para frenar la transmisión y prevenir hospitalizaciones y fallecimientos. No hacerlo supondría una dejación de responsabilidades que competen a las autoridades sanitarias estatal y autonómica. Es de sabios cambiar de opinión cuando la evidencia así lo requiere.