La Cuarta España

OPINIÓN

Isabel Díaz Ayuso, durante la presentación de su candidatura a la presidencia del PP de Madrid.
Isabel Díaz Ayuso, durante la presentación de su candidatura a la presidencia del PP de Madrid. LUCA PIERGIOVANNI | efe

05 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La Tercera España reivindicada por la Amada Líder Isabel Díaz Ayuso me da mucha pereza, casi tanta como el resto de las Españas y los delirantes debates sobre qué es España, la tercera o la decimoctava, pero no es por tratarse de España, cuidado, en realidad estos debates me darían la misma pereza en cualquier país, región, pueblo, comunidad de vecinos o el trozo de tierra que toque.

Para la Amada Líder, y por lo que leo estos días para muchos otros individuos menos amados pero esperando carguito tras serlo, esa Tercera España es «la que piensa que el único enemigo es la confrontación entre compatriotas». Este concepto de España, una España que no existe, no es una llamada a la reconciliación, no se equivoquen. A esto sigue una España «que no fabrica clases sociales», ajena al enfrentamiento ideológico, entre sexos, el campo y las ciudades, de trabajadores (clase social fabricada, supongo) diligentes y sacrificados y empresas que crean empleo (no se especifican condiciones, esto pertenece a la buena y vieja España de siempre), y un montón de obviedades y fruslerías que dan tanta pereza o más que las españas. El afirmar que Madrid es esa España entra dentro de la egolatría delirante en la que la Amada Líder vive sumida. Es difícil imaginar a esta mujer como una moderna Salvador de Madariaga antes que como inauguradora de su propia estatua ecuestre.

Yo solo conozco una España. En ella estamos todos, nos guste o no, y lo cierto es que es mejor que la que desean las derechas de este país, aunque podría serlo mucho más. Pero eso de pensar que el único enemigo es la confrontación entre españoles, es totalitario. Esa paz entre españoles, esa confraternización idílica, solo hay una manera de imponerla y no es mediante bonitas palabras. El enfrentamiento sin violencia, se entiende, es inevitable desde el mismo momento en el que hay personas, muchas, a las que no les va bien. Los conflictos políticos, sociales, territoriales y qué sé yo, están ahí, y no van a desaparecer apretando fuerte los puñitos.

En cualquier caso, ya han salido aduladores creyendo que la Amada Líder es algo así como la nueva Madariaga o Chaves Nogales. Pero ocurre que no sirve pretender tener esas credenciales: hay que demostrarlas. Y hasta la fecha, solo tenemos la demostración de que algunas clases sociales, las de abajo, son despreciadas por sistema y que se pacta con una de las dos Españas que está en permanente confrontación, la de la extrema derecha en Castilla y León, por ejemplo, y que eso es exactamente lo que piensa hacer en toda España el Partido Popular llegado el momento. Esta Tercera España de baratillo que propone la Amada Líder es una España en la que te tocará agachar la cabeza y tragar con todo para evitar la confrontación y pudiera ser, dios no lo quiera, el garrotazo. Una España plural y democrática en la que cabemos todos no es eso.  Conmigo que no cuente.