El gran timo del esfuerzo y el sacrificio

OPINIÓN

Rafa Nadal en su estreno en Indian Wells
Rafa Nadal en su estreno en Indian Wells DPA vía Europa Press

19 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

No seré yo quien le reste mérito a la carrera deportiva de Rafa Nadal, no hay nada que discutir al respecto. Pero me resulta muy irritante ese afán que tienen nuestros periodistas y políticos en ponerle de ejemplo y en destacar que el esfuerzo le ha llevado a lo más alto y que todos deberíamos esforzarnos así en lo nuestro. Aunque estés recogiendo chatarra en un carrito del supermercado.

El esfuerzo es algo que la mayoría no puede elegir. No llegas al trabajo y dices «voy a esforzarme mucho, que seguro que gano algo». El esfuerzo es parte intrínseca del día a día de quienes ejercemos un trabajo, no digamos ya los que ejercemos un trabajo físico. Unos días más, otros días menos, pero siempre está ahí y no es eludible. Y desde luego, solo sirve para engrosar la cartera de otro. Para la mayoría de los mortales el esfuerzo solo lleva al cansancio y se ejerce por mera supervivencia. Eres consciente de que tienes que hacerlo, nada más.

Luego está la otra cosa por la que dicen que debemos seguir el ejemplo de Nadal: el sacrificio. Como ya se abolió aquello del sacrificio de personas en nombre de algún dios pagano, he de creer que se refieren a otro tipo de sacrificio, aunque no estoy cien por cien seguro de que ese no sea el deseo de algunos. En cualquier caso, es fácil suponer sin ningún género de duda que ese sacrificio al que se refieren es la quinta acepción de la RAE peligro o trabajo graves a que se somete una persona. Poner en excesivo riesgo tu vida en el trabajo, por alguna razón que no alcanzo a entender, está bien visto.

Estos supuestos valores forman parte del gran timo en el que han convertido el mundo laboral. Meritocracia, esfuerzo y sacrificio. Como ya no estamos trabajando en los telares de sol a sol ni vistiendo con zurcidos harapos, muy a su pesar tienen que buscar una forma de hacernos más digerible el principal motivo por el que les gusta mandar: quieren dinero, y ese dinero no se va a obtener solo. Pero eso tiene el pequeño inconveniente de que si el obrero ve que te estás hinchando a ganar dineros puede que quiera ser participe de tu éxito, y eso no se puede permitir ni Dios hizo este mundo para que andes quejándote. Así que se recurre al esfuerzo y el sacrificio como un valor espiritual, intangible. Los cimientos sobre los que se construyó la civilización, que son algo muy loable y muy noble pero no tan loable ni tan noble, a ver qué te has creído, haberte sacrificado y esforzado más. Porque esto es así, tienes que esforzarte y hacer sacrificios para obtener sus frutos y cuando lo haces, pero no obtienes esos frutos es que no te has esforzado ni sacrificado suficiente. Nunca es suficiente y nunca tiene fin, pero sí obtienes lesiones de por vida que harán tus días más insoportables a medida que te estés haciendo viejo y una salud mental bastante deteriorada con el inconveniente de que no eres millonario como Rafael Nadal y no habrá nada que alivie tu situación. Quizá me precipité un poco al recordar que esto de los sacrificios humanos se abolió hace siglos.