El trabajo infantil que no se ve

OPINIÓN

Varios niños descansando tras un duro día de trabajo en Congo.
Varios niños descansando tras un duro día de trabajo en Congo. EDUARDO SOTERAS | AFP

12 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque cada vez existan menos casos, las crisis económicas son una de las causas de que aumente el trabajo infantil.

Cuando en una casa no entra dinero, o el que lo hace es insuficiente, los más «grandes» de entre los más «pequeños» tienen que ponerse a trabajar. Estas personitas dejan atrás su vida, la escuela, o sus amistades. Ahora la pasan en la calle, rodeadas de personas mayores, qué en la mayoría de los casos, se aprovechan de ellas. Obligadas por las circunstancias que las rodean. Cayendo sobre ellas una responsabilidad para la que no están ni tienen que estar preparadas.

No podemos olvidarnos que miles de menores de edad, por diversas razones, se ven obligados a ganarse la vida a una edad a la que no pueden distinguir ni afrontar situaciones de peligro. Son vulnerables, viven en la pobreza y acabarán siendo mano de obra para que otras personas generen dinero: Venta ambulante en semáforos o estaciones, empleadas domésticas, obligadas a mendigar o a cometer hurtos, acompañantes de adultos que mendigan para dar más pena, y en el peor de los casos explotadas sexualmente.

El trabajo infantil es ilegal, pero es una realidad que vulnera los derechos de los menores de edad. Hoy, más que nunca, tenemos que abrir los ojos y estar muy atentos, porque la guerra de Ucrania puede aumentar esta situación, generando una grave crisis en la protección de la infancia. Y si queremos hablar de España, aunque lo que más se trabaja es la trata con fines de explotación sexual, también existe una explotación laboral que no sale en las estadísticas. Analicemos que pasa con las campañas del Tomate en Badajoz, de cereza en Cáceres, fresa en Huelva a aceituna en Jaén. Miles de menores trabajan en el campo, no pueden acudir a la escuela y presentan altas tasas de fracaso escolar, eso si están escolarizados. Con problemas de adaptación, de desarraigo…

Tenemos que hacer más, España tiene que hacer más, y hay que luchar contra este trabajo infantil que no se ve.