Escribe Jordi Basté en La Vanguardia un texto muy duro y justo contra el falso periodismo de las redes sociales. Deja al descubierto el bulo de Piqué con la madre de Gavi. Todo empezó con un periodista turco que no hizo su trabajo: comprobar lo que escribe. Melih Esal, cuenta Basté, publicó una información en Twitter la semana pasada: «Shakira descubrió a Gerard Piqué teniendo un romance con otra mujer. Esa mujer es la madre de la joven estrella del Barcelona Pablo Gavi. Gavi no está al tanto del incidente». «El texto estaba escrito en inglés y citaba como fuente El Periódico. Efectivamente, este medio informaba de una posible separación del futbolista y la cantante, pero en ningún caso mencionaba ni a Gavi ni a su madre. El periodista turco, con mas de 150.000 seguidores en Twitter, añadía una fotografía de la familia de Gavi señalando con una flecha una chica que aparecía, pero que, para añadir asco, no era su madre sino la hermana. Y todo se extendió», explica Basté.
Hay una jerga en la profesión que habla de los medios serios y los que no lo son. No es una broma. Siempre hubo el denominado periodismo amarillo. Pero hoy en día sucede que cada móvil se convierte con las redes sociales en la terminal de un presunto profesional de la información. Circula una frase muy hábil sobre que cuanto más inteligentes son los móviles que tenemos, más tontos nos volvemos los seres humanos.
El problema de los que escriben sin comprobar lo que teclean es que ensucian un noble oficio como es el de informar con corrección. Claro que hay medios serios que intentan no publicar ni en web ni en papel sin confirmar. No es justo el daño que ha sufrido la familia del compañero de Piqué, Gavi. Por algo que se extendió de móvil a móvil como un reguero de pólvora.
Tenemos que huir de ese camino de periodismo instántaneo. No lleva a ningún lado. Tragarse anzuelos minados solo sirve para ganar el campeonato de la desinformación y para que te abandone el público que, de verdad, quiere informarse y profundizar. Una mentira nunca es una noticia. Lo gratis siempre sale caro.