Su nombre es Rafa Nadal y es un héroe

Álvaro Boro

OPINIÓN

Nadal agranda su leyenda con su decimocuarto Roland Garros tras derrotar al noruego Ruud
Nadal agranda su leyenda con su decimocuarto Roland Garros tras derrotar al noruego Ruud MARTIN DIVISEK | EFE

09 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Con los dolores que tiene cada día Rafa Nadal, cualquier persona normal no sería capaz de levantarse de la cama -hay muchos que están como una rosa y tampoco se levantan- y mucho menos a ponerse a jugar al tenis y ganar por decimocuarta vez Roland Garros. Veinte días antes de debutar en París, el español estaba cojo, caminaba con dificultad y dolores. Un mes y pico después levantaba la copa de los mosqueteros, sin cojear pero con dolor.

Nadal es de carne y hueso, pero por eso es un héroe. Decía el otro día el doctor Ripoll en lo de Juanma Castaño: «Lo de Nadal es algo verdaderamente admirable, nunca he visto una actitud igual, con esa firmeza y determinación para aguantar el dolor y superar la lesión, es algo admirable (…) Es un monumento a la resistencia mental, una lucha contra sus propios límites». Unos límites que sólo él conoce, o no, porque cada vez va ensanchando ese límite que se creía infranqueable.

RN reconoce que es feliz fuera de la pista, que va a aguantar hasta donde pueda y se lo permitan las lesiones. Pero a esto, cuando hablamos del de Manacor, hay que añadirle un poco más. Sigue saliendo a la pista como aquel niño que jugaba con Moyá a la play y poco después se deshacía de Mariano Puerta y lograba su primer Roland Garros. Hace de esto 17 años, él tenía 19 y su leyenda, aún era imposible saber las cotas que ha llegado a alcanzar, empezaba a forjarse: voluntad, trabajo, sacrificio, técnica e inteligencia. El mayor de sus dones, no hay duda, es su fortaleza mental; con una cabeza tan privilegiada podría haber sido lo que se hubiese propuesto, y ha conseguido ser un héroe. Un referente cuando no tiene por qué serlo, su labor es ganar al tenis, no educar ni ser un referente moral y educacional para la juventud. Y, sin embargo, lo ha sido y lo es.

Si en este país, en este y en cualquiera, tuviéramos un pequeño porcentaje de la capacidad de trabajo y sufrimiento de Nadal seríamos la primera potencia mundial; y si a esto le sumamos su humildad, respeto y educación seríamos la hostia.

Doy la bienvenida al verano con la primera captura de bonito del norte que llega a la rula de Avilés, con la Corrida de la Beneficencia y con Rafael Nadal Parera mordiendo su trofeo en la Philippe-Chatrier. Todos héroes en un tiempo actual acostumbrados a la mediocridad, todos eternos. Y que así siga siendo.