Julio Muñoz | EFE

17 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A las puertas de que llegue oficialmente el verano, una ola de calor ha achicharrado a prácticamente toda España. En Asturias/Asturies hemos tenido temperaturas altas pero gracias a la cordillera cantábrica hemos evitado llegar a casos más extremos que se han dado a partir de Pajares/Payares. Una de las consecuencias ha sido que se disparado el precio de la electricidad por el uso del aire acondicionado y me imagino que estar sin una sombra haciendo campaña electoral es poco menos que un deporte de riesgo (nunca se sabe muy bien si es más favorable para que haya una mínima participación que haga buen tiempo o todo lo contrario. Hay opiniones para todos los gustos). En Andalucía los dos debates a los que se enfrentaron los seis principales candidatos y candidatas demostraron que hay un claro mensaje nacional, por encima del autonómico, que tendrá sus efectos el mismo lunes. Para Alberto Núñez Feijóo será su primera prueba de fuego desde que asumió la presidencia del PP, para Pedro Sánchez un examen sobre si el relevo de Susana Díaz mereció la pena o no, y para Yolanda Díaz si su espacio político tiene visos de salir a competir o no. Creo que independientemente del resultado que saque Vox se considerarán los grandes triunfadores de los comicios (al igual que hicieron en Castilla y León), y Ciudadanos volverá a caer en la irrelevancia dentro del panorama político. Poco o nada se ha hablado en esta ocasión de las listas de la llamada España Vaciada que también optan por escaños en el parlamento andaluz, y sobre todo con Jaén Merece Más, que algunas encuestas apuntan que podrían tener diputados en la cámara regional. Si nada se tuerce, el ganador será Juan Manuel Moreno Bonilla, algo histórico para una comunidad autónoma donde el PSOE había gobernado interrumpidamente desde el restablecimiento de la democracia hasta 2018. La ciudadanía andaluza creo que es consciente de que se enfrenta a elegir entre dos bloques y que el próximo gobierno no será monocolor, por mucho que el candidato del PP esté confiado en una victoria contundente al estilo Ayuso arrastrando a votantes socialistas que prefieren no verle de la mano de Macarena Olona en el próximo ejecutivo andaluz.

Cada uno está en su derecho de gastar su dinero en lo que le da la gana, pero hay precios y cachés que me parecen totalmente desorbitados. La visita de Barack Obama a Málaga para participar en la sexta edición del Digital Enterprise Show (DES), que tiene que ver con asuntos relacionados con la llamada inteligencia artificial, parece que ha tenido unos costes (no hay versión oficial ni concreta de la cantidad) intolerables. Los mentideros hablan de que su conferencia ha podido rondar el medio millón de dólares y que para asistir a ese evento cada uno de los participantes ha tenido que desembolsar casi dos mil euros. Está claro que la riqueza está mal repartida y que quien vive en una burbuja a ese nivel es ajeno a la realidad de gente de a pie, que somos la mayoría. Seguramente una persona que ha sido el mandamás mundial no pueda jamás recuperar su vida anterior, ni tener una vida lo más parecida al común de los mortales, pero tampoco creo que tenga sentido semejante caché para dar una conferencia, por muy interesante que sea lo que tiene que contar. Nos las veíamos muy felices con su llegada a la Casa Blanca y lamentablemente el mundo no ha ido a mejor. Obviamente al lado de personajes como Trump es maravilloso, pero no se trata de ser el menos malo, sino el mejor posible.