Futuros posibles

OPINIÓN

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20 jun 2022 . Actualizado a las 09:19 h.

La ola de calor de esta semana lo pone a uno contra las cuerdas. Leer la prensa o atender a los informativos no ayuda a mejorar la sensación de asfixia: las noticias trazan un panorama de riesgo difícil de digerir. La ruina que ha traído la guerra de Ucrania y la perspectiva de que se alargue. El apoyo chino al Kremlin, quizá un preludio de lo que Pekín pretende hacer con Taiwán. Las subidas de tipos de interés, que van a encarecer las ya costosas cargas de las enormes deudas públicas de países como España. El anuncio de una posible recesión en Estados Unidos. El triunfo de las economías de «sálvese quien pueda» que harán imposibles políticas conservacionistas en países como Brasil, uno de los grandes pulmones del planeta. Y un etcétera casi infinito.

Para escapar de tanto augurio nefasto siempre quedan los libros. Pero hay que elegir con cuidado. No ayuda al optimismo el último del catedrático de Economía Santiago Niño-Becerra, uno de los pocos que anticiparon la catástrofe financiera, sistémica, del 2007-2008. Publicado en marzo (Ariel), se titula Futuro, ¿qué futuro? «Con ese título...», me dirán. Pues sí. El estudioso catalán hace predicciones para el largo plazo que no son nada halagüeñas: los avances tecnológicos no generan avances paralelos en el bienestar social; el capital, y con él el poder, se concentra a pasos agigantados; los estados pierden capacidad de decisión frente a las grandes corporaciones; las clases medias, necesarias para un sistema económico de producción y el consumo, languidecen en esta nueva economía de la información y la tecnología globalizadas.

Siempre se puede cerrar un libro y abrir otro. Para estos tiempos bochornosos (en todos los aspectos) echemos mano del estupendo Zendal, la madre de todas las vacunas (Teófilo ediciones, 2022), en el que su autor, el coruñés Antonio López Mariño, nos recuerda cómo el impulso inicial para las campañas de vacunación internacionales, que tantos millones de vidas salvaron, se lo echaron a las espaldas una valiente mujer pobre de solemnidad y su desarrapado grupo de niños de la inclusa. ¿Nos darán un futuro otros como ellos?