Tragarse a un político

OPINIÓN

YVES HERMAN | REUTERS

24 jun 2022 . Actualizado a las 11:55 h.

Las caras de los políticos son como los trabalenguas de Rajoy, «cuanto peor para todos, mejor para mí el suyo beneficio político». O sea, que un plato es un plato, y un político, un político, esto lo saben hasta en la Salobreña de Macarena Olona. Quién diría, contemplando esta imagen en la reunión de líderes de la UE en Bruselas, que el presidente francés, Emmanuel Macron, acaba de pegarse un soberano tortazo en las elecciones legislativas, pues si de algo tiene cara monsieur es de estar celebrando ser el único acertante del euromillones: de milagro no se le ve la campanilla. A su lado, Pedro Sánchez va a quedar como un aficionado, con Andalucía a cuestas y todo. El caso es que los políticos se pasan el día engañándose a sí mismos y, sin embargo, intentando que el pueblo les crea a pies juntillas, ergo no debe pillarles muy de sorpresa que esa confianza se acabe quebrando. Quién sabe si no llegará el día en el que tragarse a un político desgrave en la declaración de la renta.