Europa resucita el carbón

Claudia Luna Palencia PERIODISTA ECONÓMICA MEXICANA, CORRESPONSAL EN ESPAÑA DE LA REVISTA «VÉRTIGO»

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

27 jun 2022 . Actualizado a las 22:02 h.

El petróleo ha generado progreso, avances tecnológicos y, por supuesto, guerras, crisis económicas y muchos desequilibrios cuando se rompe la balanza entre la oferta y la demanda. También, en parte, es culpable del cambio climático.

 La batalla emprendida por las economías más industrializadas para reducir su dependencia hacia las energías fósiles y no renovables lleva diversos calendarios: la descarbonización está muy presente como objetivo primordial, con planes de cero emisiones ya sea en el 2030 o bien después del 2050.

Si el cambio climático es un generador de polémicas —unos lo niegan y reniegan de él y otros lo llevan al paroxismo de una nueva extinción—, las estrategias a su alrededor son igualmente cuestionables: unos muestran unidad y a otros les importa un pepino. El objetivo marcado sobre todo para los países que han decidido sumar esfuerzos es evitar la subida de las temperaturas por encima de los 1,5 grados centígrados. Un objetivo inicialmente planteado con sus planes a medio y largo plazo, hasta que llegó la pandemia del SARS-CoV-2 y metió el miedo en el cuerpo por afrontar un gran desastre ambiental con consecuencias masivas en los seres humanos.

Entonces, los gobiernos empezaron a tomarse más en serio avanzar en las energías limpias y renovables; luego irrumpió la invasión de Rusia a Ucrania y la dependencia energética de Europa del petróleo y el gas ruso ha hecho saltar todo por los aires. Pero si falta el petróleo o el gas porque hay un conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el carbón vuelve a ser la materia prima refugio: el ministerio de Economía de Alemania confirmó la vuelta a las centrales de carbón, el último recurso energético vuelve a convertirse en esencial; a pesar del cambio climático, a pesar de los compromisos medioambientales y a pesar de los acuerdos comunitarios de cara al 2030.

También recurrirán a utilizar más carbón Italia, Austria y los Países Bajos. No se descarta una espiral de países orillados a la misma estrategia, sobre todo de cara al invierno. Adiós compromisos verdes.

La invasión y sus estragos están provocando transformaciones tanto coyunturales como estructurales en muchas áreas. El mercado energético sufrirá un cambio estructural con la energía nuclear jugando un papel relevante como emisor limpio, y esperemos que el retorno del carbón que es altamente contaminante sea solo coyuntural.

Por lo pronto, China está construyendo 150 nuevas plantas nucleares de aquí al 2035 y Estados Unidos también apuesta por la energía nuclear con un anuncio espectacular: para el 2050 habrá construido 300 reactores. Ambos gigantes tienen en mente velar por su independencia energética. Europa debe mirar ya al futuro inmediato, no al pasado arcaico, y cerrar todos los huecos de sus enormes vulnerabilidades energéticas.