¿Evidencia científica?

José Luis Fernández Trisac PEDIATRA NEONATÓLOGO DEL CHUAC. MIEMBRO DEL COMITÉ ÉTICO DE INVESTIGACIÓN CON MEDICAMENTOS DE GALICIA

OPINIÓN

María Pedreda

18 ago 2022 . Actualizado a las 10:07 h.

Leo con frecuencia entrevistas y artículos en los que la persona entrevistada o divulgadora añade como colofón a sus argumentos: «Lo dice la evidencia científica». Pero, ¿qué es la evidencia científica? El término se ha tomado del inglés evidence, que traducimos como evidencia y significa en nuestro idioma: certeza clara, manifiesta y tan perceptible de una cosa que nadie puede racionalmente dudar de ella. Sin embargo, el término inglés indica un grado mucho menor de certeza y equivale a lo que nosotros llamamos indicios, signos, datos sugestivos, pruebas. Por ello, es más correcto hablar de medicina basada en pruebas que de medicina basada en la evidencia. Se entenderá así, que la muletilla «lo dice la evidencia» no dice nada si no se aportan pruebas. Y ese es el tema central, la calidad de las pruebas que se aporten. Es obvio que unas pruebas tendrán más peso que otras. No es lo mismo que las pruebas las aporte un meta-análisis de gran calidad o revisiones sistemáticas de ensayos clínicos aleatorizados con bajo riesgo de sesgos que las pruebas se tomen de estudios no analíticos, observacionales, con series de casos u opiniones personales. Las opiniones en una entrevista, un artículo de divulgación o iniciando hilo de Twitter (por poner algunos ejemplos) se quedarán en meras opiniones personales, que sin aportar pruebas representan el nivel más bajo de «evidencia científica». Por el contrario, si añadimos las fuentes que soportan nuestras afirmaciones, estaremos refrendando nuestras recomendaciones. En principio, la medicina basada en pruebas comportará ventajas para el profesional de la salud, al permitir disminuir la variabilidad en la práctica clínica y superar modas o imposiciones comerciales; ventajas para el paciente, al ofrecerle la mejor alternativa, y beneficios para el sistema sanitario, al identificar y suprimir algunos cuidados o tratamientos ineficaces. El tema es mucho más complejo y matizable de lo que puede discutirse en pocos párrafos, los profesionales sanitarios tenemos el deber y la ardua tarea de cribar y analizar la información que en nuestros ámbitos se genera de forma continua, pero cuando hablamos para la población general tenemos que esforzarnos en divulgar de manera objetiva y real, aportando fuentes o pruebas y evitando todo conflicto de interés o creencia. Decir de manera general «lo dice la evidencia» es no decir nada. Por favor, aporten pruebas.