La alimentación es una necesidad básica, estamos condenados a adquirir productos alimentarios día tras día, semana tras semana, e invertimos gran parte de nuestra economía doméstica en la comida, suponiendo en muchos casos un gran porcentaje de nuestros gastos.
Una dieta equilibrada está compuesta por abundantes frutas y verduras, cereales integrales, proteínas vegetales, pescados, carnes no procesadas y huevo; junto a grasas y aceites saludables. Precisamente, son algunos de estos alimentos los que han alcanzado un precio más alto en los últimos meses. En general, los alimentos subieron el pasado mes de julio un 13,5 %, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Las familias con menos poder adquisitivo son las más afectadas, puesto que esta situación les ha llevado a gastar menos en comida de temporada, siendo esta sustituida por preparados de comida rápida con un alto contenido calórico, como pueden ser los congelados (ya que nos resulta siempre más fácil comprar croquetas congeladas que brócoli congelado). Las ventas en los supermercados han caído en total un 13,8 %: las de carne un 12 %, hortalizas un 13,1 %, aceites un 11,6 %, los huevos un 10,7 % y la fruta fresca hasta un 10,5 por ciento. Algunas estrategias que recomiendo para economizar un poco la cesta de la compra, sin sacrificar los buenos hábitos alimenticios, serían las siguientes:
1. Ser organizado, planificar el menú semanal, pensar cuántos días vamos a comer en casa, cuantas personas… Apuntar en la lista de la compra los alimentos necesarios y comprar solamente aquello que es necesario, evitando que nos caduque algo y tengamos que desperdiciarlo.
2. Sustituir piezas nobles de carne por piezas que sirven para guisar. Por ejemplo, priorizar la carne para guisar frente a entrecot o filetes.
3. Usar como ingrediente principal verduras y legumbres, dejando la carne y pescado como acompañamiento, sin convertirla en la base principal del plato.
4. Comprar el pollo entero en vez de por partes, ya que sale más barato y aprovechamos toda la carne en diferentes elaboraciones. Comprar alimentos de temporada, ya sean pescados, frutas y verduras, ya que tendrán un mejor precio.
5. Contemplar la oportunidad de comprar congelados y comer legumbres tres veces a la semana, ya que son baratas y están incluidas dentro de una dieta equilibrada y saludable. Ahora, en verano, se pueden hacer en ensaladas (por ejemplo: alubias rojas, aguacate, mango y tomate).
6. Ir a la compra a última hora del día, ya que es cuando se ponen a la venta productos con importantes rebajas en su precio porque su caducidad es más próxima, como es el caso de las frutas y las verduras.
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