Carlos III en el reino de la lluvia

OPINIÓN

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11 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

He aquí el rostro de Carlos III en el instante de ser proclamado rey, un rostro que muestra tanto el dolor por la pérdida de una reina como muy especialmente de una madre. En la mirada del nuevo rey se refleja el peso de la historia que ahora cae sobre sus hombros, y qué historia. Sus arrugas y su pelo gris en franca retirada, los 73 años previos al inicio de una misión que le vino impuesta al nacer. Todo hijo que se precie sabe que es imposible igualar los méritos de una madre. Si este hijo es este hijo y esta madre es Isabel II, poco más hay que añadir. A Carlos III, el príncipe casi eterno, cuya popularidad antes de ayer no era precisamente como para lanzar bombas de palenque, se le juzgará ahora como monarca. Con lo que llueve en el Reino Unido, podrá darse por satisfecho si consigue evitar meterse en charcos. Podría parecer una tarea fácil, coser y cantar, pero estamos hablando de no pisar charcos. En el reino de la lluvia.