Tiene la mirada de estar asistiendo a una aparición mariana, o quizá habría que actualizar el término y decir albertiana. Santiago Abascal Conde se encuentra como en el limbo escuchando de cuerpo presente, con perdón, el debate sobre el estado de la autonomía de Isabel Díaz Ayuso, de ocupación sus rebajas de impuestos. Es como si en este instante estuviera pensando en nada y en todo al mismo tiempo, y en ese todo está incluida Andalucía, accidente geográfico, y Macarena Olona, accidente político. Puede que a Santiago Abascal la camisa no le esté llegando al cuello y lo intente disimular con esta corbata, de obligado cumplimiento en la derecha y más allá desde que la izquierda decidió que la inflación se combate a pescuezo descubierto. De tanto insistir en que cualquier tiempo pasado en España fue mejor no sería extraño que el líder de Vox esté empezando a sospechar que, para su partido y para sus ideas, cualquier tiempo futuro será peor.