A por la diversidad de género

David Tajuelo DIRECTOR GENERAL DE NFON IBERIA

OPINIÓN

Joédson Alves | EFE

22 sep 2022 . Actualizado a las 09:05 h.

La diversidad de género siempre ha sido un asunto pendiente en el sector de las tecnologías de la información, pero ahora es aún más importante, porque el número de mujeres en los grados técnicos de las universidades es menor que cuando yo empecé, allá por 1989. ¿A qué se debe esto?

El mundo del talento tecnológico está en constante cambio y el dinamismo y la competencia son algunas de las palabras clave que definen el mercado actual. En un momento en el que la transición digital ha provocado una gran demanda de recursos humanos especializados es importante no perder de vista algunos temas, y la diversidad podría estar en lo más alto de la lista. No basta con buscar candidatos con habilidades técnicas especiales o procedentes de las mejores escuelas. Son muchas las ventajas de la contratación de personas con perfiles y trayectorias diferentes, fomentando la heterogeneidad de los equipos. Y, dentro de este gran asunto, hay una cuestión de género pendiente. El número de mujeres, en comparación con los hombres, sigue siendo muy desigual dentro de las organizaciones del sector tecnológico, especialmente en el mundo de la nube. Y creo que hay varias ventajas a la hora de romper con este panorama.

En España, según datos del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, las mujeres profesionales de la informática representan el 19,8 % del total. Y, cierto es, la media es superior a la europea. Queda mucho camino por recorrer hasta llegar a la igualdad en todos los países. El problema empieza en las escuelas y universidades: quizá por los prejuicios y estereotipos que se nos inculcan cuando somos niños, las carreras STEM (sistema educativo científico) tienen muchas menos mujeres que hombres. Pero las mujeres pueden mejorar el campo STEM. Y no solo hablamos de equidad de género y representación, sino también de resultados.

Hay razones por las que la inclusión y la diversidad son importantes. En primer lugar, la homogeneidad del razonamiento dentro de un grupo conlleva un poder de decisión y visión más limitado. Además, hay mayores índices de innovación en las empresas con más mujeres, lo que se traduce en más crecimiento empresarial. También hay una mayor cantidad y calidad de servicios asociados a la conciliación, y la promoción de una cultura inclusiva está relacionada con la mejora de la salud mental y física de los empleados.

En lugar de hablar solo de «mujeres en tecnología», hablemos de diversidad. Una empresa que apuesta por la heterogeneidad de sus empleados es una empresa diferenciada y con ventaja competitiva, porque la diversidad de ideas dará lugar a la diversidad de resultados. De este modo, dichos resultados serán claramente más completos, y cuanto más rápido se den cuenta las empresas del sector de la nube, más rápido cambiará el panorama organizativo de predominio masculino, que no aporta nuevos beneficios, no por el género en sí, sino por la falta de visión que representa. El núcleo de la cuestión no es que queramos igualar los géneros por el simple hecho de hacerlo, sino aprovechar esas diferencias (que las hay), que resultan ser complementarias, y aprovechar todo su potencial, y que se traduzca finalmente en una mejora del crecimiento y la productividad de las organizaciones.