Regreso al futuro en Oviedo

OPINIÓN

Leonor y Letizia conversan en presencia de Felipe, durante la audiencia previa a la ceremonia de entrega de los Premios Princesa
Leonor y Letizia conversan en presencia de Felipe, durante la audiencia previa a la ceremonia de entrega de los Premios Princesa EFE | Eloy Alonso

22 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Vuelve la normalidad a los Premios Princesa de Asturias. O al menos lo que entendíamos por  la normalidad precovid: sin restricciones, distancias de seguridad o mascarillas. Queda atrás la memoria de los seres queridos y su ausencia. También una sensación de incertidumbre, porque  la batalla parece ganada pero no se puede cantar victoria. En Oviedo resuenan aún los más largos aplausos que se recuerdan en el Campoamor en una ceremonia de entrega: los padres de las vacunas unidos en el escenario. Una metáfora de las virtudes humanas: empatía, transmisión de conocimiento, sociabilidad, curiosidad, inteligencia, capacidad tecnológica. Solo el gesto abrumado de Katalin Karikó pudo acallar los aplausos, que podrían haberse prolongado hasta hoy. Un año después, con el terreno avanzado en la trinchera anticovid, se escuchan los cañones de guerra en Ucrania, un país que lucha por su libertad.  

Los premios regresan este año al futuro. Regresan a la normalidad del pasado y lanzan un mensaje al porvenir. ¿Será el siglo XXI el siglo de la inteligencia artificial? ¿O el del cambio climático? Esa capacidad humana de hacer prospecciones, de mirar hacia un futuro inconcreto se reúne este año en Asturias. Con Geoffrey Hinton, Yann LeCun, Yoshua Bengio y Demis Hassabis tratamos de entender la complejidad de la inteligencia artificial y del deep learning. Ordenadores imitando el funcionamiento del cerebro humano, algoritmos que instruyen a la máquina para que aprenda constantemente, como intentamos los humanos. Un proceso biológico que se transmuta en una fórmula matemática. El futuro anunciado en obras maestras de la ciencia ficción (y sus peligros) empieza a ser presente.

Ellen MacArthur también otea el horizonte: la antigua regatista reconvertida en activista reflexiona sobre cómo un cambio en la producción y el consumo puede salvar el planeta. La economía circular se extiende a los alimentos que rebosan los vertederos, al plástico que nos asedia, a la ropa que malgastamos, a las industrias que emiten gases como bombas de efecto invernadero. Y Shigeru Ban ha llevado su amor por la carpintería y la arquitectura a diseñar viviendas sostenibles, capaces de erigirse con facilidad en caso de una catástrofe natural. El ingenio del arquitecto japonés se centra ahora en sustituir las estructuras de acero por la fibra de carbono.

La tradición y la innovación en los arcanos del flamenco forma parte del trabajo de Carmen Linares y María Pagés. También la palabra afilada de Juan Mayorga, que desde los tiempos de sus colaboraciones con Animalario y su teatro histórico de urgencia ha llenado los teatros de medio mundo con su crítica social y política. Análisis de un tiempo que le pertenece a Adam Michnik, que vivió en sus tripas el nacimiento de la democracia polaca desde las ruinas del comunismo. Periodismo y libertad, palabras maltratadas por el mal uso que son una constante en los trabajos del periodista polaco, un referente europeo, un atizador de populismos y tiranos. El pasado revisado por Eduardo Matos Moctezuma, el prestigioso arqueólogo del mundo prehispánico, un divulgador e investigador de las maravillas aztecas. Y finalmente la Fundación y equipo olímpico de refugiados: el deporte también puede servir para concienciar y encauzar la ayuda humanitaria.

La Fundación Princesa cerrará además este año el relevo presidencial. Con Ana Isabel Fernández tomando el testigo de Luis Fernández-Vega, con Teresa Sanjurjo como directora y con la Princesa de Asturias y la reina Letizia. Cuatro mujeres en el siglo de la mujer.