Elon Musk abre la jaula

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

DADO RUVIC | REUTERS

30 oct 2022 . Actualizado a las 10:12 h.

Twitter tiene chico nuevo en la oficina. La imagen de Elon Musk aterrizando en su compañía con un lavabo a cuestas aspira a convertirse en uno de los chistes del año para el público familiarizado con los memes. Con esa foto, el magnate quiere hacer suya una broma que circula por las redes y que es, en inglés, el equivalente simpático para la expresión «piénsalo dos veces». Solo los desconfiados creerán que el nuevo «tuitero jefe» piensa usar el lavamanos como haría Pilatos, para escabullir toda responsabilidad de aquello que se publique desde ahora en su corral particular. El dueño de Tesla ha generado grandes expectativas con su juguete, asegurando que va a inventar a estas alturas la libertad de expresión, pero sin aclarar cómo planea gestionar los discursos de odio, las noticias falsas y las teorías de la conspiración que alientan la violencia.

Pocas horas después de su llegada, algunos usuarios de la plataforma han empezado a desafiar al nuevo dueño lanzando mensajes racistas, sexistas y negacionistas para poner a prueba al algoritmo. El millonario ya aclaró que, de momento, las viejas políticas siguen vigentes y que en el futuro seguirá habiendo un consejo moderador, ahora bajo su propio sesgo. Musk ha liberado al pájaro de su jaula, pero también aspira a dirigir su vuelo.