Cosas que pasan

OPINIÓN

El Palacio de Deportes de Gijón, habilitado como centro de vacunación
El Palacio de Deportes de Gijón, habilitado como centro de vacunación J.L.Cereijido | EFE

13 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace años, vengo aquí escribiendo, en «página» de domingo, por la gracia y benevolencia de muchos lectores y lectoras, y también, naturalmente, por las del señor director de la publicación, siempre tan amable y Ángel como yo. Y vengo escribiendo sobre asuntos que, no obstante ser de mucha palabrería y cháchara, de Derecho, de Política y de lo demás hasta de lo Divino, se dice que son también ciencias ¡jolín! que cuando escribo de todo eso o de parte, jamás creo que esté haciendo ciencia, notando por la manera en que otros escriben, incluso en los periódicos, que piensan estar haciendo Ciencia.

Esa regularidad semanal, con terquedad de relojero, o con precisión de reloj de caja de madera en pared de casa vieja, puede hacer pensar a los lectores y lectoras que al escritor sólo le ocurre una cosa: el darle o darse cuerda. Pues no, al escritor, como a los lectores y lectoras, también le ocurren muchas cosas, muchísimas, que hoy, excepcionalmente, tras pedir disculpas por si hubiere indiscreción, contaré alguna.

Así, en la semana del 7 al 13 de noviembre, del año 2022, entre otras muchas, son dignos de mención los siguientes acontecimientos: Me vacuné otra vez contra el COVID, habiendo ya perdido la cuenta del número de pinchazos en brazos contra el terrible virus; después de años viviendo en la aldea, volví a ser urbano, dejando lo aldeano únicamente para los fines de semana; finalmente, el pasado jueves, aún en la aldea de la Mariña, Lupe que es modista de batas de colores, me pidió que leyera un documento que le hizo su abogado, asegurándome que no lo firmaría hasta que se lo aconsejare.

Voy, pues, por partes:

1º.- Lo del COVID: Mi «médica de familia», llamada Silvia, que es una excelente profesional, a mi pregunta, me respondió que me vacunara sin dudarlo, no obstante lo de los ictus tan frecuentes después de las vacunas. Por ser consejo de Silvia lo hice, visitando, a dicho efecto, el Palacio de Deportes de Gijón, donde, con el Baloncesto, tanto perdió antaño el hoy Presidente de la Cámara, gijonés del año, del trimestre, de la semana y hasta del día. Por ser Silvia tan buena médica, supera al resto funcionarial y político del Principado de Asturias, incluso a Barbón y a Cofiño, aforados y muy interesados en lo de la Fábrica de la Vega, antes de Armas, que tanto me recuerda a lo de los Ahorros en la Caja. Me llegan de Madrid papeles, no de la Audiencia Nacional, cerca de Colón y las Salesas, sino de un lugar más alto. No sé aún si algo o mucho habrá que escribir sobre ellos. Se verá y si Dios lo quiere. Después de reposar los diez minutos de rigor desde los pinchazos de la vacuna, fui a comer tortilla a Casa Yoly, en La Guía.   

2º.- Lo de la aldea: Esto podía ser un aburrido cuento o novela de don Armando Palacio, otro tal de Laviana, pero más flaco. Pero no lo va a ser. En mis paseos por la aldea veía asustado el mirar profundo de las vacas al mi pasar y pasear Y si veía sus ojos cristalinos, nunca llegué a ver sus dientes en la mandíbula superior, los de las vacas (Umberto Eco siempre dijo que no los tenían, pues los animales con cuernos tienen vacía la mandíbula de arriba), y así, cuando veo a alguien sin dientes en la mandíbula superior, me fijo si tiene cuernos…También paseando por la aldea veía como las gallinas dejaban que los gallos, de poderosas crestas y pechugones peludos, las montasen en un periquete. Pues en la ciudad, urbano paseante por las calles, ni veo gallo ni vaca, ni al Alcalde de Oviedo, natural de Teverga, ni a la Alcaldesa de Gijón, natural de Oviedo. 

3º.- Lo que Lupe me pidió: Lupe, la modista, me suplicó que leyera el papel que me envió, pues su abogado, al que paga religiosamente tiene una iguala, que es el colmo de lo desigual; ya se quedó el tal Lazarillo con una finca, y ahora con el papel de la consulta pretende quedarse con la otra, la otra finca. Contesto a Lupe que no firme tal papel y que lo denuncie en la Policía, pues esa Policía aunque viste de azul y no de verde, tiene el patronazgo del Santísimo Ángel de la Guarda, que es tocayo mío, luego de toda mi confianza como bien sabemos Él y yo. 

Lo anterior trato de explicarlo a mis lectores y lectoras, para ejercicio de su misericordia, ante la ajetreada vida de este articulista, y sobre todo para que se profundice en las tesis tan sesudas como mal argumentadas de sus elucubraciones jurídicas, políticas y hasta divinas. 

Ahí no queda la cosa, pues el martes, día 8, concluí la 2ª Parte de Estado-Iglesia: Vuelta de tuerca, que se publicó en el periódico digital Religión Digital. org, el jueves 10 de noviembre, pudiéndose allí consultar por las personas a quienes interese y gratuitamente, como ya expliqué la semana pasada aquí mismo. 

Procedo, pues, a hacer, a continuación, un breve resumen de lo de Religión Digital, pues me consta que entre mis lectores y lectoras hay muchos laicos y laicas, aunque también se cuela algún clérigo y alguna monja, sin que su identidad llegue a conocimiento del Sr. Obispo, cuyo antecesor fue Conde de Noreña, también de la Nobleza asturiana. 

Escribí la 2ª Parte de Iglesia-Estado: Vuelta de tuerca y por eso se divide del siguiente modo: 5.- Inmatriculaciones y Acuerdos, éstos los de 1976 y de 1979. En las inmatriculaciones se empieza por lo importante: La Ley de Reforma de la Ley Hipotecaria de 1944 y el Texto Refundido de 1946, tan cercanos ambos textos a la Guerra Civil, la llamada Cruzada, y de tanto privilegio a la Iglesia Católica. Y una propiedad que no la constituye el Registro, sino que se limita a publicarla. Y de los Acuerdos vigentes se destaca el Derecho de Presentación que ostenta el Rey de España para el nombramiento de un Arzobispo: el castrense. Privilegio del que nada se inscribe y que destroza el principio de aconfesionalidad del Estado de la Constitución española de 1978. 

En el número 6 se trata del asunto de los porqués. Los porqués de tanto miedo del Estado a la Iglesia. Se mencionan dos libros importantes, uno de don Antonio Fontán, titulado «Episodios Republicanos», y otro de José Luis Gutiérrez García, titulado Ángel Herrera Oria, Maestro del Espíritu, escribiéndose del «nacionalcatolicismo», sobre el cual ha habido, según el autor, una deformación notoria y un insuficiente fundamento. Y se omitió otro libro, importante, de la jurista María Luisa Balaguer, titulado Contra narrativa de la Transición política española, de 2021. 

A continuación, el número 7 se titula Laicidad en Monarquía y República, donde se escriben cosas gruesas de Felipe VI y de Pedro Sánchez. 

Y todo termina con el siguiente texto de la Constitución Pastoral del Concilio Vaticano II, la Gaudium et Spes, de 1965, que dice así: «Más aún, renunciará (la Iglesia) al ejercicio de ciertos derechos legítimamente adquiridos cuando aparezca que su uso pueden empañar la pureza de su testimonio»

Ese final, nos devuelve al principio, con las inmatriculación y los Acuerdos de 1976 y 1979.Y un Concilio que saltan los pastores toreros a la torera, cuando les da la gana, bien por táctica o por vulgar conveniencia.