Hoy, jornada triunfal para Sánchez

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

Kiko Huesca | EFE

24 nov 2022 . Actualizado a las 08:47 h.

El día de hoy debe ser marcado en rojo en el calendario político porque supondrá un antes y un después en la legislatura. Pedro Sánchez se dispone a celebrar una jornada triunfal con la aprobación de los Presupuestos, la derogación del delito de sedición que le garantiza el respaldo de ERC y la proposición de ley sobre el impuesto a las grandes energéticas y a la banca. Es difícil concentrar tantos acontecimientos políticos trascendentes en un solo pleno del Congreso. Sánchez paseará esos trofeos como garantía de la estabilidad de su Gobierno de coalición. Va ya por sus terceras cuentas públicas, por más que la coalición esté «en llamas», como le dijo Feijoo.

Pero el precio que paga España por ello es demasiado alto. Nunca se había abonado una factura política tan abultada como la que está dispuesto a saldar Sánchez para remunerar a los independentistas. Una cosa es hacer concesiones económicas y otra distinta derogar por las bravas lo que ha decidido un tribunal de Justicia aplicando la ley ante un delito tan grave como es el de la sedición. Después del indulto, borrar ese delito del Código Penal es un paso muy peligroso que animará a los golpistas a volver a intentarlo con la garantía de que no acabarán en la cárcel.

En el caso de EH Bildu, después del presos por Presupuestos del año pasado, el apoyo llega tras la cesión en el traslado de las competencias de la Guardia Civil a Navarra. Algo que siempre ha buscado un partido que es el heredero político de ETA y al que Sánchez ha convertido, para pasmo de muchos socialistas, en el aliado principal y preferente del Gobierno.

Sánchez haría bien, sin embargo, en no fiar su futuro político en esta legislatura y en la siguiente a esos apoyos, porque el independentismo es insaciable y después de la sedición le pedirán la reforma de la malversación, luego la amnistía y finalmente la celebración de un referendo de autodeterminación en Cataluña y el País Vasco. Y, para cuando llegue ese día, el hoy presidente del Gobierno estará solo frente a esos socios hambrientos de secesión y no tendrá ya crédito para seguir pagando las letras políticas.