Si no hay país, hagámoslo

Álvaro Boro

OPINIÓN

26 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En esta tierra llamada Asturias, la nuestra, el debate, la reflexión y el pensamiento crítico, por desgracia, no suelen abundar. Abordamos un futuro incierto desde un presente líquido y un pasado olvidado; somos gigantes con pies de barro en una huída hacia delante.  «Confundimos la indolencia con pereza intelectual», dice acertadamente Crabiffose. Apenas encontramos obras, y las publicadas se marginan, que aborden la historia reciente de Asturias y reflexionen sobre su identidad.

El periodista Xuan Cándano, tras una propuesta del editor de Hoja de Lata, Daniel Álvarez, ha querido paliar este vacío y este mal. Se acaba de publicar No hay país. Crónica política (y sentimental) de Asturias (1975-2022), donde Xuan aborda la historia de Asturias desde los últimos coletazos del franquismo hasta el momento actual. Una crónica vibrante de todos los acontecimientos notables de estos últimos 50 años y el papel que jugaron sus protagonistas, narrado por alguien que muchos de ellos los vio y los vivió de primera mano. Para la elaboración concertó entrevistas, repasó la hemeroteca y tiró de recuerdos. Con una narrativa sincera, pero no imparcial, da luz a la historia señalando los aciertos y los errores. De aquellos polvos, estos lodos. Una falta identitaria, la apuesta por el economicismo, por lo exógeno y no lo endógeno han conformado una sociedad vieja, conformista, dependiente, negativa y cainita. El título de No hay país hace referencia a eso, a la debilidad o inexistencia de una sociedad civil organizada y cohesionada.

Cándano es un periodista de raza, un ejemplo de integridad, trabajo y pensamiento crítico; además de un gran tipo. Alguien a quien aspirar y parecerse, un intelectual de libreta, micro y calle. De esos pocos que aún ensalzan este oficio tan bonito y a la vez tan desprestigiado y vilipendiado que  el periodismo. Con esa elegancia indómita de los hombres de mar no cae en el revanchismo, en ajustes de cuentas, y no será porque no hubo quienes le atacaron por hacer su trabajo con racionalidad y libertad. El tiempo, juez implacable, va poniendo a cada uno en su sitio.

El libro ya lo tenemos, es hora de comenzar el debate y levantar el futuro. Así lo dice: «Estamos cansados de estar cansados. Tenemos que ser optimistas, los asturianos somos capaces de recuperar nuestra tierra y conseguir un país atractivo para vivir». Hagámoslo.