La libertad de expresión de Pablo Motos

OPINIÓN

Pablo Motos presentará «El hormiguero» desde su casa
Pablo Motos presentará «El hormiguero» desde su casa CARLOS LOPEZ ALVAREZ | atresmedia

01 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La libertad de expresión no consiste en soltar una burrada sin consecuencias. Consiste precisamente en que los que hemos escuchado o leído la burrada podamos señalar que lo es. Cuando uno de nuestros guerreros contra la cultura de la cancelación llora amargamente por la respuesta recibida ante sus palabras o las de algún otro y asegura que quieren silenciarle, en realidad lo que está diciendo es que los demás no deberían tener derecho a ejercer esa libertad de la que se creen defensores.

Nadie pone en duda el derecho de Pablo Motos a expresarse libremente. Quienes esta semana están diciendo esto a raíz de la polémica con la campaña del Ministerio de Igualdad, están diciendo realmente que quienes critican a Motos no deben hacerlo, que no se le puede criticar. La libertad de expresión es un viaje de ida y vuelta, pero hay gente que nunca lo ha entendido ni lo va a entender, y esa gente es la realmente peligrosa. Esa es la gente que cuando llegue el momento reducirá el derecho a la libertad de expresión, y de paso todos los que puedan, a escombros.

Las derechas españolas llevan años cancelando actuaciones musicales, exposiciones o lo que haga falta, o al menos intentándolo. No como aquella vez que nos cancelaron cuarenta años a todos, digo recientemente. En ninguno de estos casos los fieros luchadores patrios en favor de la libertad de expresión han emitido queja alguna. Y no es casualidad, pues lo cierto es que la libertad de expresión les importa un huevo.

No habría acudido a las derechas en esta columna de no llevar varios días leyendo y escuchando a algunos políticos y periodistas conservadores salir a defender a un señor cuyo programa es líder de audiencia y donde suele decir y hacer lo que le viene en gana ante millones de espectadores. Para ello no han dudado en calificar de extrema izquierda a todos los que han visto actitudes y palabras machistas o de mal gusto en su programa de televisión, señalando que la izquierda pretende silenciar a periodistas incómodos como Motos, como si Motos fuera Bob Woodward y no un señor pretendidamente ingenioso.

No hay nada que defender en el ámbito de la libertad de expresión en el caso del presentador de las hormigas, pero es normal que la defensa pretenda ser eso, pues de otro modo hay que admitir que estás defendiendo actitudes abiertamente sexistas y, lo que no es menor, defendiendo que los demás no digan nada no ya sobre esto en concreto, que no digan nada cuando entienden que algo no está bien. Por culpa de estos rojos, ya no se puede negar el Holocausto en público, hay que ver. Así no se puede vivir.