¿Reunificación del centroderecha?

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

12 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo habrán escuchado y leído en numerosas ocasiones, durante las últimas semanas, en boca de dirigentes del Partido Popular de Asturias.

Es lógico, los populares solo pueden acceder al gobierno autonómico si el electorado que se identifica con posiciones a la derecha de la FSA opta mayoritariamente por su papeleta en los comicios de mayo de 2023.

De cómo sea ejecutado el proceso de reunificación dependerá su éxito.

La primera medida que debe afrontar el PP asturiano es reconciliar a quienes integran su propia formación. Y no, no me refiero solo a quienes ocupan puestos de responsabilidad pública u orgánica. Deben recuperar a sus militantes, simpatizantes y tradicionales votantes. Apoyos esenciales, hastiados de improductivas guerras internas, generadas exclusivamente por el deseo de permanecer de un reducido círculo acomodado en sucesivas derrotas electorales.

La decisión, adoptada por Nuñez Feijóo, de designar candidato a la presidencia del Principado a Diego Canga —alto funcionario de la UE, con acreditada experiencia de gestión y ajeno a las citadas batallas intestinas— es un buen principio.

Nuevas caras y la articulación de un mensaje moderado, asentado en propuestas viables, pueden devolver la ilusión a muchos. 

Un partido político no es una agencia de colocación, club social ni guardería.  Tan «solo» es un instrumento del sistema democrático con el que concurrir a un proceso electoral, con el fin de acceder al gobierno y, desde unos determinados principios ideológicos, transformar la sociedad.

En esta concepción de organización política los candidatos son elegidos por su formación, trayectoria profesional y posibilidades de conseguir el apoyo mayoritario del votante; no por perniciosos equilibrios internos circulares donde quienes han fracasado estrepitosamente en el ámbito municipal pretenden acceder al ámbito autonómico o, desde este último, saltar al terreno político nacional. En una interpretación pragmática del fin último de una organización política, no importa tanto la antigüedad del número de un carnet de afiliación como la capacidad de ofrecer a la ciudadanía un dirigente a la altura de las circunstancias. 

En cuanto a la relación del Partido Popular con formaciones ubicadas en un espectro ideológico común, Ciudadanos y Foro Asturias, la convergencia debe realizarse desde las bases, no desde la cúspide. De nada sirve plantear la unión si se limita al «fichaje» de dirigentes de otras organizaciones, políticos que buscan mantener su escaño por encima de contribuir a la articulación de una alternativa con posibilidades.

Una vez más, trasladar un mensaje de cambio —reflejado en un programa viable y sensato, defendido por caras nuevas— a quienes han entregado su voto a otras formaciones en procesos electorales pasados es el mejor método para recuperar la confianza perdida y sumar nuevos votantes. 

Flaco favor haría el Partido Popular de Asturias, al citado proceso de reunificación, atendiendo la llamada de nuevos partidos que nacen con el declarado único fin de mantener en la actividad política a personas concretas, protagonistas de conflictos pasados y ya amortizados por el votante asturiano. 

Renovación y programa, son los pilares sobre los que el PP debe construir un espacio común para el centroderecha asturiano.

Renovación y programa, son los pilares con los que un centroderecha moderno, conocedor de la realidad y dispuesto a convertir esta región en una tierra de oportunidades, puede presentarse a las próximas elecciones autonómicas con posibilidades de éxito. 

Diego Canga y Álvaro Queipo —a través de la elaboración de la lista electoral, la confección de un nuevo equipo de dirección en el PP de Asturias y la redacción de un atractivo programa electoral— están llamados a ser los arquitectos de la citada reconstrucción de una alternativa política necesaria.

No será una tarea fácil.

Sentido común, valentía y suerte.