Vuelve Eloy de la Iglesia

OPINIÓN

Pilar Canicoba

29 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Fíjense si es difícil criar a los hijos en España. Uno nunca sabe cómo le van a salir a pesar de poner todo de su parte para que al menos sean personas decentes, pero la adolescencia, especialmente cuando, como en España, se alarga más allá de la veintena, puede dar lugar a momentos difíciles.

Y sabe dios que en este país nuestros hijos (es un decir, yo no tengo) lo tienen realmente difícil para salir adelante. Puede que nosotros pongamos todo nuestro empeño en que sean personas de provecho, en que sean dignos habitantes de este país, pero las expectativas que ofrece España a sus jóvenes son desoladoras. La vivienda está por las nubes, el trabajo bien pagado es una utopía, las condiciones laborales suelen ser atroces por defecto, y encima tenemos a las espaldas esta crisis inflacionista que no deja respirar. Por eso hay algunos que han decidido no trabajar. Nunca.

Así, no es de extrañar que los chavales puedan caer en las garras de la noche más turbia con facilidad. Puede que tu hijo termine teniendo problemas con las fuerzas del orden, esto está pasando, amigo español, pues nada hay más inestable que la energía de la juventud unida a la incertidumbre que este país ofrece, y quizá no hay nada que se pueda hacer para evitar las malas compañías que ofrece la vida hedonista a la que seguro se ven abocados muchos al no ver un futuro claro para ellos. ¿Qué podemos hacer para evitar que los jóvenes se vean envueltos en peleas nocturnas rodeados de diferentes grados de armamento? ¿Qué hacer para evitar la ira ante la falta de oportunidades? ¿Es este el país que queremos dejarle a Froilán? Esta no es la España que merece.