Supervivientes

OPINIÓN

STRINGER | REUTERS

30 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Llega un momento en el que no queda otro remedio que convivir con el horror y, entonces, esta foto tomada en los túneles del metro de Kiev, bajo las bombas de Vladimir Putin, se convierte en aquello que no es, como si lo que se apareciera ante nuestros ojos fuera un grupo de personas pasando el rato, el próximo convoy se ha estropeado y, qué fastidio, hay que esperar a que llegue el siguiente, y directos al colegio y al trabajo. Gente distraída, refugiada en sus móviles y en sus pensamientos. Al fondo, una madre acaricia la frente de su pequeño. A la niña en primer plano, con abrigo blanco, se le escapa una sonrisa. Puede que esté chateando «mamá, Marko me ha invitado a su cumple, dame para el regalo». Cerca de ella, otra escucha a Rosalía. Quién sabe si la muerte se puede burlar no pensando en ella. Puede que sí. He aquí la heroica rutina de las personas normales. Esta imagen, una explosión de vida en el centro del horror, explica por qué Putin nunca ganará la guerra.