Al igual que a Clarín lo nacieron en Zamora, Toño Velasco vino al mundo en Valladolid. Pero pese a no nacer en la vetusta ciudad, es el mayor y mejor ovetense que uno se puede encontrar. Y esto lo demuestra en IN ITINERE, su exposición sobre diferentes lugares de Oviedo en Trascorrales. Allí donde antes se usaba la prensa para envolver pescado y luego fue el fartódromo consistorial, estos días es escaparate de lo mejor que tiene la ciudad: su propia idiosincrasia bajo el prisma de Toño Velasco.
Con esta expo trata de mostrarnos su Oviedo, un lugar vibrante y lleno de vida, alejado de ese Oviejo que muchos quieren y al que otros tantos se resignan. Toño, con sus cuadros, hace una narrativa de su ciudad, de ese espacio que él vive, vivió y vivirá de forma tan profunda, extensa y disfrutona. Esos recovecos llenos de vida que él sabe inmortalizar con su pintura. Quizá Oviedo necesita a más foriatos ovetenses como él, quizá la resignación que reina en la ciudad empiece a revertirse gracias a gente como él.
Plasma en sus cuadros los territorios que vive, habita y anima: el Antiguo, la Escandalera, el Gasómetro, la Catedral y la Losa, ahora que su estudio está más al norte y lo tengo, digámoslo así, de vecino. Eché de menos en esta retrospectiva el cuadro que dedicó al Ovetense (Santa casa gastronómica donde las haya), pero para verlo sólo hay que acercarse a comer un buen pollo y jamón asado, Ana y Natalia lo tienen a buen recaudo.
Coincidí, mientras veía la exposición, con el autor explicando su obra a unos estudiantes, y qué gusto escucharle. Toño iba desgranando cada pieza con ímpetu y pasión, explicando cada detalle, el proceso de creación y transmitiendo un amor y cariño por la ciudad que embelesa a cualquiera.
Lo que uno puede ver en Trascorrales es una muestra de amor y cariño a Oviedo, una forma de reconocerlo y tratar de mostrarlo a los demás como él lo ve y lo percibe, una manera de abrirse en canal y verter a los demás su rutina y sus sitios. Algo que no se pueden perder, porque si lo hacen se arrepentirán. Dense prisa, el 24 se acaba. Es lo mejor que se puede ver desde hace tiempo, y digo esto sugestionado por la maestría de Toño Velasco, pero cuando lo vean lo entenderán. Háganme caso y pasen por Trascorrales.