Las fantásticas promesas de Isabel Díaz Ayuso

Alejandro Villa Allande

OPINIÓN

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso. JAVIER BELVER | EFE

08 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Me presento: soy un multimillonario (en euros) nacido y criado, como un caballo de carreras, en Asturias. Digamos que me llamo Teodosio (significa Don de Dios) Fan Mayor de las Asturias (coincidirán conmigo en que no hay tierra como esta) que hace tiempo compré un palacete en Madrid en el que paso algunas semanas al año, y en donde «oficialmente» estoy empadronado, porque en Asturias pagaba demasiados impuestos.  En las últimas elecciones estuve dudando entre votar a Vox o al PP y, finalmente, decidí entregarle mi riquísimo voto a Isabel Díaz Ayuso, a quien conozco personalmente. Me la habían presentado otras dos excelentes presidentas de la Comunidad madrileña, la simpar Esperanza Aguirre (¿verdad que no hay otra como ella?) y la más que honrada y elegante Cristina Cifuentes.

En las primeras declaraciones públicas, Isabelita dijo que seguiría reduciendo impuestos (¡¡viva!!) como sus antecesoras y apoyando la Sanidad, la Educación, y las políticas sociales. Y yo, encantado. ¡Qué graciosa es la presidente/a de Madrid, y qué panolis los cientos de miles de madrileños pobres que la votaron! Porque yo, que me saqué un título de Económicas y otro de Sociología en las prestigiosas universidades privadas, claro, de Chicago y de Yale, con los maestros Milton Friedman y Juan Linz de profesores, y que son baratísimas porque les costaron a mis papis nada más que un millón de euros, yo, decía, en una tarde lluviosa y aburrida me dediqué a investigar un poco en esas declaraciones de la presidenta, y me reí muchísimo al comprobar su gran sentido del humor. Vean ustedes: La Comunidad Autónoma de Madrid tiene la renta por persona más alta del reino de España. Y qué bien suena esto de reino, en vez de República. En cambio, Asturias está ya en el puesto 11, de 17, en esa clasificación. Fíjense, redondeando cifras, 35.000 euros para cada madrileño (yo ahora lo soy) y 23.300 para cada asturiano (si yo estuviera empadronado en Oviedo, sería más alta la cifra, ja, ja, ja).  Pues bien, esta pobre Asturias gasta en Sanidad Pública nada menos que 1.997 euros por persona  mientras que Madrid dedica 1.274 (17º y última). Como me gusta mucho la estadística comparada, resulta que Madrid debería gastar 3.000 euros por persona para igualar a Asturias. ¡Qué derroche, que el PP jamás hará!  Porque ¿cuánto tiempo quieren vivir los trabajadores y la clase media, que ya solo los japoneses nos superan en esperanza de vida?

Pasemos ahora a la Educación.   Madrid dedica 819 euros por habitante, aunque es preciso señalar que, con excelente criterio, el montante dedicado a la Enseñanza Concertada supera al destinado a la Pública y a la Formación Profesional. Asturias gasta 935, pero desafortunadamente derrocha la mayoría en la Pública y en la FP. Incluso la CCAA de menor renta, Extremadura, que cuenta con menos de 20.000 euros de renta por habitante, malgasta para cada uno 1.910 en Sanidad y 1.173 en Educación. Irrisorio, porque deben ustedes comparar con el millón de euros que les costó a mis papaítos tenerme nueve años en Chicago y en Yale.

En el apartado de Gasto social por habitante (en 2022) Asturias figura en cuarto lugar, con casi 3.300 euros por persona, que son mil más que Madrid, que de nuevo repite farolillo rojo (ya ven, en algo sí es roja la señora Ayuso). Las tres comunidades que nos superan son Navarra, País Vasco y ¡Extremadura!, que siendo una de las más pobres, está muy bien situada en Sanidad, Educación y Gasto social.

Los cientos de miles de euros que yo, D. Teodosio Fan Mayor de las Asturias, Marqués de Las Otras Hierbas y Conde del Real Regalo, además de accionista principal de varias empresas y dueño de obras de arte, palacios, tierras, etc., todo heredado de los variados títulos nobiliarios que empiezan ya en la Edad Media, esos cientos de miles de euros, que van a aumentar gracias a la disminución de impuestos de la nunca suficientemente bien apreciada presidente/a de la Comunidad Autónoma de Madrid, servirán para que en el futuro yo le regale magnánimamente al Museo de Bellas Artes de Asturias   un retrato de mi antepasado Teodoro (significa Regalo de Dios) pintado por El Españoleto. Y prometo solemnemente que si la inigualable presidente/a de Madrid continúa favoreciéndonos a los elegidos por Dios y por sus representantes en la tierra, los reyes, con rebajas sucesivas de impuestos, dejaré en mi testamento una miniatura flamenca del siglo XV al Museo del Prado.   Con la condición de que una placa bien visible destaque que es una donación mía. Faltaría más.