Los señores de las moscas

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

ROBERT GHEMENT | EFE

19 feb 2023 . Actualizado a las 10:08 h.

Hay ídolos con pies de barro. Y los hay con los pies de estiércol. Apestan. Sin disimulo. Ni siquiera hay que rascar para adivinar de qué están hechos. Pero logran en la redes sociales seguidores a los que se les queda pequeña la etiqueta. Van con su verdad por delante y generan adhesiones que recuerdan a las de una secta. El líder no se cuestiona. Al margen de sus discursos o incluso de sus crímenes. El documental El hombre más odiado de Internet explora la trayectoria de un pionero en la materia. Un individuo que puso en marcha en el 2010 una web en la que publicaba vídeos y fotos íntimas sin permiso de los protagonistas de las imágenes. El negocio de la pornovenganza. Los ex le enviaban material y él argumentaba que solo se encargaba de ponerlo a disposición del público. Todo un éxito que arruinaba vidas. El joven emprendedor aprovechaba un limbo legal y se burlaba de las víctimas. Era una lección para que fueran cuidadosas con las nuevas tecnologías. Otra vez el discurso de tópico de «haber tenido cuidado, bonita». Cero empatía o culpa. Una madre coraje tiró del hilo hasta meter al FBI en el ajo y demostrar que un pirata informático obtenía parte de la carnaza. A pesar de todo esto, el chaval era un ejemplo a seguir para muchos. Un genio que se aprovechaba de las «zorras». Parece cosa del pasado. Pero ahí está Andrew Tate. Otra joya misógina que llegó a decir que las mujeres violadas algo habrían hecho. Fue detenido en Rumanía, acusado de delitos graves, como tráfico de personas y agresión sexual. Parece que sus «producciones» audiovisuales explícitas están bajo sospecha. Sigue teniendo sus fieles. Como buen señor de las moscas.