El jardín del Edén y otros jardines

OPINIÓN

26 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen que los llamados Estados, unos más que otros, y todos establos al fin y al cabo, de ordeños en ubres varias, con gestaciones y partos que duraron siglos como el caso del español, se resisten a dejar de ser y estar. Dicen que no es fácil acabar con ellos, Estados/Establos, en cuestión de días, rápidamente, aunque muchos lo pretendan, lo que es prueba de su ignorancia, ignorantes ellos. Primero fue lo de Isabel y Fernando, luego lo de los Austrias, y ahora lo de los Borbones.

Un español del Sur, poeta sublime y prosista ordinario por serlo de lo que se llama la sucesión por causa de muerte, un tal Alfonso Castro, está en la lista de los grandes, de los poetas célebres y consagrados en templos serios, y también en la de los poetas florales, floreros, consagrados en academias de provincias o en casinos de villas pueblerinas. Don Alfonso escribió, pensando en Cervantes: «Alma de España en mi alma, alma mi alma en España. Ah tierra poderosa, portentosa, prodigiosa de luces, de sombras».

Ese mismo poeta, líneas después, acaso para no parecer engolado, exagerado o fuera de órbita, como renegando de su poesía loca, también escribiría: «Bodonal donde pastan los machos cabríos; más acá un erial, una tierra sin fruto, poblada de retama, de escoba, un mestal dolorido de sol, de lluvia; aquí una zahurda donde se recogen los puercos».

No obstante los empeños en contrario, sigue España y sigue, si bien como en procesión de flagelantes, penitenciales y de madrugada. Unos, españoles, adornados con mitras de santidad y el resto con capirotes y caperuzas tapando cabezas rapadas, y otras, españolas, adornadas con cofias de servir o con tocas de monjas, siempre siervas. Y entre unas y otros, los y las estilistas, siempre con esa ambigüedad entre lo uno y lo otro, lo opuesto.

Y basta ya de poesía y demás juegos florales, pues esa literatura siempre es de verdades dudosas, mejor aún, de mentiras, siendo lo importante la rima y lo que se llama «musicalidad», que tanto gusta a los más tontos o a los más presumidos. Acaso, por esto último, por lo de tonto y presumido, éste que les escribe y que ahora ustedes leen, sea uno de ellos, con la esperanza de que siempre haya otro, más listo, que adelante en meta. Seguro que lo habrá; no hay duda en tiempos, como los presentes, de abundancia de ciclistas.

Y resulta que España aguanta. Aguanta a pesar de un General, que es investigado para saber si él, el oficial y general, del Armado Instituto del mayor orden en el mundo mundial, hizo el desorden consistente en tocamientos indebidos, al parecer, con criminales, en estos tiempos, no de los roldanes. Y valga la reiteración, pues los tocamientos siempre son indebidos, como bien saben los que, en tiempos remotos, se confesaban en barrocos confesionarios, no como los de ahora, que son de plástico o de plexiglás, en plena crisis sacramental, pues ya nadie cree en los servicios secretos.

Y aguanta España los embelecos o engaños artificiosos de unos mediterráneos muy escritos por el catalán Plá: Un Mediterráneo que siempre fue el preferido de los dioses inventados por el humano Homero, y también, tanto de las mafias isleñas, sicilianas y mallorquinas, como de las continentales, marsellesas o barcelonesas. Los políticos nacionalistas catalanes, que no saben distinguir por ignorancia entre las campanas de campanario de las campanas de sacristía, han descubierto una nueva causa de exclusión de la pena por los delitos cometidos, casi siempre contra el patrimonio de los demás y a favor del suyo: No hay pena si se es nacionalista y se alega que “España nos roba”.

Excepcional y recomendable la lectura en Vozpopuli del artículo de Gregorio Morán titulado Retorno a Pujol, publicado el pasado sábado día 18. Y resulta que es un socialista, del que dicen que, por imposibilidad, le tuvieron hicieron que hacer la tesis de Economía y la antítesis, el que va a hacer la síntesis entre los nacionalistas españoles y los catalanes. Ya lo dijo un joven muy inteligente, catalán de los otros, Roger Montañola: «Los catalanes somos los más feministas, los más ecologistas, los más solidarios. Y todo vacío de contenido, todo abstracto, sin chicha, sin nada». Y en titulares grandes añadió: «Sólo se puede ser buen político si ganas más en lo privado». ¿En quién estaría pensando Montañola? ¿Y en quién o en qué mangante piensa usted, lector o lectora?  

España aguanta a pesar de los Tronos de Reyes y de las Tronas de las Reinas, que unos y otras son sillones altos y almohadillados, con adornos de terciopelos, para así disfrazar que ellos y ellas, cuando se sientan, lo hacen, también, con el trasero que enseñan con tanta frecuencia o que dejan al aire. Y entre tanto Trono y Trona es normal estar tronado o tronada, que es patología mental propia de sangres puras, e independiente del régimen económico matrimonial, gananciales o separados, tan difíciles de liquidar por partidas robadas del activo y pasivo. Se me olvidaba añadir que trona puede ser, además, un sillón con cojines a un lado y otro, para evitar que los bebés se ladeen, y protegerlos así de golpes y rozaduras. 

Y España aguanta ante lo muy grave que está ocurriendo en eso aparentemente serio, que es el fútbol, que es cachondeo e identidad para muchos, neuróticos de identidades, que, como todas las identidades, es una completa mentira. Más aún y peor: es un engaño corrupto. Ante eso, aquí, en La Voz lo escribí hace semanas, no es extraño que los mayores desvergonzados miren al futbol para comerciar, y hacer negocios ilícitos.

Y lo deportivo, de la misma manera que interesa al dinero, también interesa a los de la Política, que son parecidos a los del dinero, aunque de otra manera. Ese parecidos hermana mucho. Y mientras tanto en las radios, unos idiotas ensayan ad infinitum ¡Goooool! ¡Y qué me importan esos vintages, que son los dirigentes mentirosos del fútbol español, predicadores de valores (valors en catalán), que, por predicar tanto, dan prueba de que carecen de ellos!  

Siempre se dijo: «La política lo absorbe todo. En todas partes no se habla de otra casa sino de la crisis del régimen». Eso escrito en 1930 por un periodista, vale para 2023. Confieso el cansancio, pues la Política o la política, la de allí y la de aquí, son ya el “acabose” y/o “la caraba”, que, según unos, fue atracción en una Feria de Sevilla, llamándose así, “la caraba”, a una mula vieja, que tenía colgado un cartel en el que estaba escrito: “Esta vieja es la caraba, pero ya no ara”. Eso, muy antiguo, no tiene nada que ver con lo que ahora dice el Diccionario, con un claro significado de Política o de qué es lo político: “Reunión festiva de aldeanos”. Y comprendo que lo de la mula sea muy duro, hasta ofensivo.  

Y si no se escribe de política, ¿de qué se puede escribir?

Con ocasión de escribir para Religión Digital varios artículos titulados La rabina y el antisemitismo, encontré lo siguiente de Norman Lebrecht, en su libro Genio y ansiedad, primero escrito en inglés y luego en español: “Cinco judíos escribieron las normas de la sociedad:

-Moisés dijo que la Ley lo es todo.

-Jesucristo dijo que el Amor lo es todo.

-Marx dijo que el Dinero lo es todo.

-Freud dijo que el Sexo lo es todo.

-Einstein dijo que Todo es Relativo.

Tal excelencia, causante de envidias y de animadversiones que nada han de extrañar procedentes de arios, me llevó a leer nuevamente la Biblia, la verdadera y fetén que es la hebrea, empezando por el primer libro de La Torá, que es El Génesis, que relata La Creación, que es una pura obra hebrea según el judío y psicoanalista Daniel Sibony.

Y al leer ese Libro, con papel y lápiz como lo leen los judíos, ayudado por el Talmud, reparé en maravillas, que jamás, antes por cristiano, tuve en cuenta. Entre ello, eso tan interesante, ocurrido en El Paraíso Terrenal, también llamado El Jardín del Edén, consistente en que Dios, además de hablar con Adán, durmiente y en labores de jardinería, y Eva, muy celosa de Dios, habló también con una serpiente, y casi hasta dialogó con ella, no en español, sino en arameo, aún mucho más difícil.   

Advierto que el asunto no sólo es teórico o contemplativo, sino también muy práctico, pues me consta, por proximidad, que muchas personas gastan su vida y hasta lo más sagrado, sus dineros, en asegurarse que, cuando llegue lo de la otra Vida, irán al Paraíso. Y un Paraíso, el cristiano, que ya no está en la Tierra, con serpientes, como el judío, sino en los Cielos, en lo Alto como en teatral gallinero, con ángeles, santos y bienaventurados, en estancias o moradas, según el evangelista Juan, capítulo 14, que dijera el Rabbí Jesucristo. ¿Qué Paraíso fue ese que tuvo serpientes? Resulta increíble.

La serpiente del Paraíso Terrenal debió ser muy lista, además de astuta, pues hasta convenció a la muy inteligente Eva. Y hay mucho de fascinante en aquel Paraíso: un Dios, un Adán muy dependiente de Eva, una Eva poco feminista y celosa de todos, y la serpiente, que enfadó a Dios, y que muy enojado, dijo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer”. Y Adán, masculino, luego siempre muy panoli, se quitó de en medio.

La cosa sería de continuar, empero aquí quedo; hay mucho de denso en lo ya escrito, que debiera ser líquido como todo lo periódico. Y no hay manera de liberarse de la Política, pues pareciendo no político, el Principio o Génesis también lo es, y mucho, pues hay brocas, traiciones y maldiciones, y hay líos en los que se mezclan lo divino, lo humano y lo animal. No hay relato más político.