Hay varios Oviedos en nuestro Oviedo: la capital de Asturias, la ciudad metropolitana, la ciudad patrimonial, la universitaria, la de sus diferentes barrios y la del concejo con su zona rural. Unas ciudades que conviven sin reconocerse, las más de las veces por separado e incluso de espaldas entre sí. Algunas, como el Oviedo metropolitano, nunca han existido para la política aunque tiene una existencia real, si bien inactiva. Cada una con sus catedrales además de la espiritual, la de la sanidad pública en el HUCA, la del edificio histórico de la Universidad, la metropolitana de la estación de Oviedo, la cultural del museo de bellas artes y del Campoamor.
También con sus heridas y fracturas que van del espacio vacío de El Cristo-Buenavista, la fábrica de La Vega, la fábrica de gas o el Calatrava.
Todos y todas Oviedos y capitales reales, tan distintas del metaverso del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo.
Es desde este Oviedo real que hacemos una convocatoria a compartir un modelo de ciudad amable, territorialmente articulada, socialmente cohesionada, participativa y atractiva para los jóvenes y sus nuevas iniciativas y proyectos de vida. Convocamos a la participación no solo de los partidos, sino también de las organizaciones sociales y de las administraciones e instituciones existentes, cuya colaboración para dar respuesta a los actuales problemas y a los retos fundamentales es imprescindible. Este es el concepto que queremos que nos defina, el de colaboración.
Tanto la Administración Central como el Principado han de tener un mayor papel y compromiso con en este modelo futuro de ciudad. Oviedo es capital para Asturias.
Un diseño que supere de una vez la dinámica parcial de cesión y la rentabilidad económica de cada una de las propiedades de los distintos ministerios y consejerías por separado, con el consiguiente troceamiento de Oviedo y la progresiva anulación de sus competencias de planeamiento de la ciudad, con un enfoque y una negociación de conjunto para una ciudad de futuro.
Una ciudad articulada que supere las fracturas y las heridas urbanísticas y que evite nuevas huidas hacia adelante que en el pasado han afectado tan negativamente a la ciudad, a sus barrios y a su integración, con alternativas acordadas, viables y sostenibles tanto para el futuro como para el «mientras tanto». No aceptaremos el trágala ni las ocurrencias, pero garantizamos el diálogo y la negociación para el acuerdo y en ningún caso para el bloqueo político o presupuestario que detiene la ciudad y que favorece únicamente a la extrema derecha. La política que concebimos quiere solucionarle problemas a los ovetenses.
Queremos una ciudad más amable, es decir lo que se ha dado en denominar la ciudad de los quince minutos, que supone la efectiva descentralización administrativa y de servicios del ayuntamiento a los centros municipales integrados en cada uno de los barrios, junto a la pacificación del tráfico para garantizar además de la movilidad la recuperación del espacio público, de las actividades ciudadanas y del comercio de proximidad. Nos proponemos acercar los servicios y la administración local a la participación de los ovetenses en sus propios barrios mediante los centros municipales integrados. Para ello hay que rehabilitar los equipamientos municipales existentes en cada barrio.
La crítica y la movilización ciudadanas son fundamentales. La política tiene que darle cauce de posibilidad.
Para ello no solo hay que revisar y dinamizar la participación en los consejos sectoriales y en los consejos de distrito, sino dándoles contenido e incorporándolos a la participación en el gobierno de la ciudad .Una ciudad participativa en los consejos sectoriales y de distrito así como en los presupuestos participativos.
La ciudad también socialmente cohesionada desde la educación infantil a la Universidad, también en salud pública, atención comunitaria y especializada y en los servicios sociales y de atención a la dependencia. En este sentido, vamos más allá de la disputa o de la denuncia habitual sobre las llamadas competencias impropias. Por el contrario, nosotros nos queremos situar en el terreno de las competencias compartidas, el diálogo la colaboración y la cogestión, para buscar las sinergias entre la ciudad capital, la metropolitana, la patrimonial y la universitaria. En resumen, nos proponemos la colaboración con otras administraciones en cuestiones tan fundamentales como la defensa de la sanidad pública, de la educación, los servicios sociales y de la justicia como servicios públicos.
Una ciudad atractiva para los jóvenes, concertando con los agentes sociales la prioridad de la formación y el empleo en el marco de una Agencia de Innovación y empleo, de movilización de la vivienda vacía y de la promoción de la vivienda de alquiler mediante una bolsa de alquiler accesible, en la gratuidad de la educación infantil y en la accesibilidad de los comedores escolares. También un Oviedo de cuidados para los más mayores. Es verdad que Asturias y Oviedo viven un cambio demográfico y lo encaramos desde la solidaridad intergeneracional. Que unos y otros elijan Oviedo para vivir por su amabilidad y por el atractivo de su entorno. Una ciudad para teletrabajo: conexiones, vivienda pública...etc. ese es el desarrollo social y sostenible de Oviedo. Nos proponemos integrar todos nuestros programas en este propósito. Un Oviedo amable, cohesionado y atractivo para los jóvenes. Una ciudad impulsora también de El Antiguo y para ello promotora de la cultura y el disfrute del patrimonio. Porque si parte del cuerpo de Oviedo son sus catedrales, nuestra alma es cultural, histórica, espiritual y de conocimiento. Decir cultura en Oviedo es hablar del propósito de la ciudad, de nuestra más genuina identidad y conexión con el mundo. En fin, hay un proyecto compartido por todas las personas que no puede esperar.
Queremos sumar todos esos Oviedos y sumar a todos los ovetenses a ellos. La política divisiva no genera futuro, y algo de eso nos pasa y la gente y nuestra ciudad no lo quieren. Cuando se suma, el futuro, como se ha dicho, es lo que pasa ya.